Hoy se inauguró el Festival del Postre Peruano, una oportunidad para escapar de la rutina y probar los manjares más emblemáticos de nuestro país. A lo largo de tres días, nuestros mejores dulces serán protagonistas de una experiencia de colores, aromas y mucho sabor. Te presentamos la historia de 4 postres de antaño que podrás degustar en este evento.
En esta oportunidad, contamos con la presencia de destacados nombres en la escena cultural de nuestro país, como la gastrónoma Miriam Punchin, así como representantes del Ministerio de la Mujer. Nuestra directora, Elizabeth DuBois, acompañó a la Lic. Jessica Vargas Gómez, alcaldesa de Barranco, a un recorrido por los emprendimientos que se reúnen en una de las principales zonas turísticas de la capital.
Sanguito
Se dice que el sanguito, mezcla de harina de maíz con chancaca, generalmente decorado con pasas, precede a la llegada de los españoles. Formaba parte de los postres que vendían los pregoneros en las calles de Lima. Su nombre procede de la palabra quechua “Sanku”, que después se castellaniza a “Sango”. Su consumo se popularizó durante la época colonial, y quedó inmortalizada en las litografías de Lima Antigua, del bibliógrafo Carlos Prince.
Queso helado
En el siglo XVI, con la llegada de los españoles, aparecieron nuevas técnicas culinarias e ingredientes. Destacaron la leche y sus derivados, que no existían en el Perú dada la ausencia de vacas. Estos productos fueron el centro de una gran industria, asentada en localidades arequipeñas como Pampacolca, Viraco y Chuquibamba.
La preparación del queso helado inició en el Convento Santa Catalina, fundado en 1579. Las hermanas, que no tenían hielo para elaborar un potaje frío de leche, canela y clavo, pidieron ayuda a los pobladores, que sabían extraer el insumo del nevado Coropuna. Las religiosas enseñaron su receta a los arequipeños, que le dieron su toque especial. El resultado, llamado “queso helado” por la semejanza entre el queso y los cuajos de leche, quedó inmortalizado en el recetario de la Ciudad Blanca.

Ranfañote
Considerado uno de los postres más antiguos del Perú, aparece en la Lima virreinal. Se trata de una mezcla de insumos “de sobra”: crutones de pan duro bañado en miel de chancaca, acompañado de frutos secos, queso y ralladura de coco. Se dice que las clases altas lo veían como un “dulce ordinario” por asociarlo a los esclavos afrodescendientes en la capital. Se sugiere que el ranfañote nació de la costumbre de este grupo a remojar pan duro en miel de caña.
Con el paso del tiempo, este creativo manjar conquistó paladares en diferentes estratos sociales. Palma lo mencionó en sus escritos: “A las once pasaban la melonera y la mulata de convento vendiendo ranfañote, cocada, bocado de rey, chancaquitas de cancha y de maní, y frijoles colados”.
Recuerda que estos tres postres, y muchas más delicias de antaño, son especialidades de Dulce Perú, comprometida con preservar y compartir las mejores recetas de postres tradicionales. Encuéntralos en el Festival del Postre Peruano en el Pasaje Chabuca Granda (junto a la Municipalidad de Barranco) este 28, 29 y 30 de noviembre, desde las 9 de la mañana.
