Democracia cede el paso a violencia política “imparable”

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Los 129 políticos asesinados durante el actual proceso electoral indican que los actores políticos dirimen sus diferencias políticas mediante el uso de violencia y no mediante la vía de la democracia.

La falta de cultura cívica, una pésima planeación de los comicios, conflictos entre partidos y al interior de los mismos, el populismo punitivo y la falta de seguridad han provocado que la violencia política se haya vuelto “prácticamente imparable”, indicó a Efe el director de la consultora Etellekt, Rubén Salazar.

Para Salazar, quien presentó hoy su sexto informe de Violencia Política, esta situación podría continuar en lo que resta de la campaña e incluso en la jornada electoral del próximo domingo.

Horas después de presentar el informe, un candidato a diputado local por el sureño estado de Oaxaca y dos acompañantes fueron asesinados a tiros durante una acto de campaña, lo que elevó de 126 a 129 el número de asesinatos políticos.

“La democracia ha dejado de ser la herramienta para dirimir diferencias en la competencia política”, expuso.

Se está empleando la violencia “como el recurso más efectivo para obtener un cargo público y hacer a un lado en la contienda a aquellos aspirantes que integran la oposición”, añadió.

Actualizado tras el asesinato del candidato local en Oaxaca, el estudio señaló que desde que inició el proceso el pasado 8 de septiembre y hasta hoy, se han registrado 543 agresiones directas, con 129 políticos asesinados, de ellos 48 eran candidatos y precandidatos.

Según Salazar, dichas cifras indican que en México se abrió un proceso donde los partidos que actualmente gobiernan en diferentes entidades “a través de la violencia han tratado de reducir al mínimo a sus rivales, a tratar de hacerlos a un lado”.

Para el especialista, esa estrategia ha sido soslayada por el Instituto Nacional Electoral (INE) y en especial por su presidente, Lorenzo Córdova, quien ha reiterado que las agresiones se deben a la situación de violencia generalizada y son obra de la delincuencia organizada.

Salazar aseveró que en el anterior proceso electoral, que culminó con las presidenciales de 2012, se registraron nueve casos de políticos asesinados, entre los cuales solo se contó el de un candidato, lo que indica que hubo “algo más” que la actuación del crimen organizado.

La pésima planeación del proceso electoral, al hacer concurrentes demasiados cargos, fue uno de los detonantes de la violencia.

El directivo recordó que en estos comicios estarán en disputa 2.000 de las 2.400 alcaldías que hay en el país, mientras que en 2012 únicamente estuvieron en juego 900.

A ello se unieron conflictos y disputas violentas entre distintas fuerzas políticas y también dentro de los mismos partidos, porque los procesos de selección de candidatos fueron “desgastantes”.

Salazar explicó que “muchos candidatos cambiaron de partido por no haber quedado conformes con las decisiones y fueron objeto de agresiones”.

Al menos el 75% de las agresiones se dieron en contra de políticos de oposición, en relación a los partidos que gobiernan en cada entidad.

(Fuente: Nodal)