Un vuelo transatlántico de Delta Airlines que partió de Salt Lake City (Utah) con destino a Ámsterdam vivió momentos de pánico este jueves tras atravesar una zona de turbulencia severa que dejó 25 personas heridas. El avión, un Airbus A330, aterrizó con éxito en el aeropuerto de St.Paul (MN) donde equipos médicos ya se encontraban en pista para atender a los afectados.
De acuerdo con el reporte preliminar, la turbulencia ocurrió cuando el vuelo se aproximaba al espacio aéreo europeo. Algunos pasajeros fueron lanzados contra el techo de la cabina o golpeados por equipaje suelto. Once personas tuvieron que ser trasladadas a hospitales, mientras que el resto fue atendido en el aeropuerto.
Este incidente se suma a una serie de episodios similares ocurridos en los últimos meses, en los que vuelos comerciales han experimentado turbulencias inesperadas y cada vez más violentas. Expertos en meteorología y aviación advierten que no se trata de hechos aislados. Según un estudio reciente de la Universidad de Reading, en Reino Unido, las turbulencias severas en las rutas aéreas más transitadas han aumentado un 55% en los últimos 40 años. La causa, señalan los investigadores, estaría estrechamente vinculada al cambio climático.
Cambio climático y turbulencia: una relación cada vez más clara
El aumento de gases de efecto invernadero altera las corrientes de chorro, esas bandas rápidas de viento que los aviones aprovechan para reducir tiempos de vuelo. La inestabilidad generada por estos cambios puede producir lo que se conoce como “turbulencia en aire claro”, un tipo de sacudida difícil de detectar incluso por los radares más modernos, y que suele aparecer de forma repentina en cielos aparentemente despejados.
Este tipo de turbulencia representa un reto importante para las aerolíneas y la seguridad aérea. A diferencia de las turbulencias asociadas a tormentas o masas nubosas, que se pueden prever, las turbulencias en aire claro pueden sorprender a los pilotos sin previo aviso, haciendo más difícil proteger a los pasajeros.
El cinturón, una medida subestimada
Tras el incidente, Delta Airlines emitió un comunicado recordando la importancia de mantener el cinturón de seguridad abrochado durante todo el vuelo, incluso cuando la señal se encuentra apagada. Aunque muchos viajeros lo consideran innecesario una vez en altitud de crucero, los expertos coinciden en que este simple acto puede marcar la diferencia entre salir ileso o sufrir lesiones graves.
¿Estamos preparados para una nueva era de vuelos más inestables?
Con el incremento de estos eventos, surgen preguntas sobre si las aerolíneas y las agencias de aviación están preparadas para enfrentar un nuevo panorama climático. ¿Se actualizarán los protocolos de seguridad? ¿Se desarrollarán nuevos sistemas de detección para turbulencias invisibles? ¿Será necesario rediseñar rutas o incluso los propios aviones?
Mientras se evalúan estas posibilidades, lo ocurrido en el vuelo de Delta Airlines sirve como una advertencia: volar sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros, pero no está exento de riesgos crecientes que exigen atención, inversión y adaptación.