En la primera cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) en la que Bolivia participa como miembro pleno, el presidente Luis Arce enfatizó la importancia de una integración regional más profunda entre los países miembros, buscando al mismo tiempo reducir la dependencia capitalista.
«Una verdadera integración regional pasa por una real integración productiva que debe ser un objetivo primordial del bloque, trabajando juntos para que nuestras cadenas de valor se fortalezcan, permitiendo que las potencialidades de cada uno de nuestros países y regiones afloren y se complementen de manera efectiva. No hay que renunciar a una relación comercial fortalecida, pero debemos salir de una de las causas estructurales de la dependencia capitalista latinoamericana», afirmó el mandatario.
Según Arce, la integración no debe limitarse a la simple circulación de mercancías y servicios entre los países del Mercosur, sino que debe abarcar otros aspectos, como el respeto y el trabajo coordinado. Subrayó la necesidad de respetar las diferencias ideológicas de cada país miembro y evitar que estas generen divisiones, buscando en cambio construir sobre esas «asimetrías».
«La verdadera fortaleza de Mercosur radicará en el logro de un desarrollo simétrico a partir de las diferencias, donde no solo se trate de crecer económicamente sino de lograr que las oportunidades y beneficios lleguen a todos, especialmente a los sectores más vulnerables», señaló.
El presidente Arce considera que la reducción de la dependencia capitalista, en referencia a Estados Unidos y otras naciones occidentales, implica la generación de «valor agregado en nuestros recursos naturales». De esta manera, la producción en los países del Mercosur podría aumentar y generar competitividad con otras potencias mundiales.
Bolivia, que también es miembro pleno de la Comunidad Andina (CAN), se posiciona como un actor clave para la articulación regional, según destacó Arce. «En cuanto a negociaciones en curso y posibles nuevos acuerdos, Bolivia reitera su firme compromiso con la cohesión y unidad del bloque. Debemos mantener esta cohesión para defender nuestros intereses comunes de manera complementaria y sólida», indicó.
Arce insistió en que no se puede excluir a ningún Estado o gobierno por tener «un signo ideológico y político distinto», defendiendo el reconocimiento y la aceptación del pluralismo político en la región.
Bolivia se adhirió al Mercosur en 2024, tras varios años de proceso para integrarse al bloque, que también incluye a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Otros países de la región, como Perú, Colombia, Ecuador y Chile, son estados asociados, mientras que Venezuela se encuentra suspendida.
El discurso de Milei: Críticas y advertencias al Mercosur
El discurso del presidente Javier Milei en su despedida como presidente pro tempore del Mercosur fue una serie de amenazas, reclamos y advertencias a los demás presidentes presentes en la cumbre. Con un tono crítico, cuestionó la vigencia del mercado común, exigió su flexibilización, pidió reformas ultraliberales y advirtió que Argentina podría abandonar las reglas del bloque si sus socios no acompañan estas medidas. «Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos», sentenció.
Lejos de buscar confraternizar o tender puentes para futuros acuerdos, el mandatario argentino reprochó a sus pares las regulaciones que rigen el bloque. «El Mercosur, al que de mercado y de común le quedó cada vez menos. Nosotros buscamos ponerle fin a lo que consideramos una inercia destructiva», dijo, repitiendo su advertencia: «Está en nuestros socios del Mercosur decidir si van a acompañar el camino que hemos elegido».
Milei dejó claro que su gobierno «insistirá en flexibilizar las condiciones de sociedad que unen» a los países miembros. Habló de la existencia de una «cortina de hierro» y reclamó avanzar hacia «un esquema comercial y regulatorio mucho más libre». «Queremos que el Mercosur adopte las reformas pro libertad comercial que necesita, y por eso esperamos que la próxima presidencia acompañe las medidas que hemos tomado», afirmó, refiriéndose a la labor que a partir de ahora ejercerá Luis Inácio Lula Da Silva en representación de Brasil.
«Si esto no fuera posible —amenazó Milei— y los socios del bloque prefirieran persistir en un camino que no nos ha resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos une». Según él, Argentina «emprenderá el camino de la libertad, y lo haremos solos o acompañados», ya que, en su opinión, «la barrera que levantamos (desde el Mercosur) para protegernos comercialmente terminó excluyéndonos».
Críticas y solo críticas al Mercosur
Su discurso, leído en tono monocorde, comenzó con una crítica a la diplomacia, afirmando que solo sirve «para ocultar los pensamientos». «En encuentros como este, la norma es hablar diciendo lo menos posible», cuestionó, avisando que él diría «verdades difíciles».
Acto seguido, arremetió: «La barrera que levantamos para protegernos comercialmente terminó destruyéndonos del comercio y la competencia global». También criticó que el Mercosur «tiene una estructura burocrática elefantíaca, dedicada a reuniones eternas». Afirmó que el bloque «cercenó libertades económicas y privó de oportunidades a los privados de la región». «Al Mercosur, de mercado y de común le quedó cada vez menos», acusó, proponiendo avanzar hacia «un esquema comercial y regulatorio mucho más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos».
Un balance auto-favorable
Luego, hizo un repaso por las medidas que Argentina impulsó al ocupar la presidencia pro tempore del bloque, caracterizándola por logros que en la realidad no quedaron claros, no encontraron consenso y solo fueron propuestas.
Se jactó también de haber tejido la alianza con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) —que aún no se expresó en resultados— y se ufanó de tener «vínculos» entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), algo que en rigor fue promovido por varios gobiernos anteriores.
Mencionó otras negociaciones con países y regiones que aún no se han cerrado y pidió a sus pares que se desempolve su propuesta de crear una agencia contra el delito organizado. «Se trata de un recurso que no puede esperar», solicitó. En este punto, lanzó una crítica velada a Brasil: «Si el Primer Comando de la Capital o el Comando Vermelho se extendieran por el Mercosur, toda la región estará en peligro y será imposible erradicarla de su país de origen», dijo, refiriéndose a dos de las organizaciones criminales que azotan Brasil.
«Una lanza que nos permita penetrar»
«Buscaremos acelerar la marcha hacia una apertura comercial más profunda y adecuada a la realidad de nuestros pueblos, lo cual exige una mayor agilidad en los términos burocráticos», dijo, justificándolo con una lógica particular: «No puede existir empresa sin mercado y no puede existir trabajador sin empresa».
«Cada año que pasa sin libertad comercial es un año en que una empresa no puede crecer ni contratar gente», puntualizó y, para dejar clara su estrategia, se valió de una de sus habituales metáforas: «Debemos dejar de pensar al Mercosur como un escudo que nos proteja del mundo y comenzar a pensarlo como una lanza que nos permita penetrar en los mercados globales».
