Los formatos, los campeonatos cambian a medida que avanza el tiempo para dar pase a nuevos vientos en el césped, en las coloridas tribunas de los “colosos” del orbe. Me refiero en esta ocasión al Mundial de Clubes de la FIFA 2025, que se encuentra en la esquina, a unos cuantos pasos de tu casa.
Con 32 equipos de todos los continentes, se extiende la alfombra roja el 14 de junio, para cerrar el telón un mes después. Es una competición inédita, donde se podrá observar de tú a tú a un conjunto brasileño frente a un español, o a un argentino “arrebatar” la bandera a un inglés; por citar algunos lances. Se transformó en un verdadero mundial, para seguramente no ensayar más. Lo único que no cambia es el sol, la dirección de la vertiente de los ríos, el amor.
—¡Prefiero que esté el Barcelona y no el Inter de Miami! —proclama un colega, mientras se acomoda en su asiento para una jornada más. —Es el reglamento y Miami es local, hermano, “invitado de cortesía”, ¡además está Messi! No les pueden quemar la torta en su propio cumpleaños. —Le apaciguó su furia.
Es cierto que Barcelona de España merece disputar el mundial por el doblete de la presente temporada, pero son las reglas de esta nueva película. La que contará con un cortometraje de 63 partidos, ocho grupos de cuatro equipos cada uno; la clasificación será similar a un mundial de selecciones, a partir de octavos con prórroga y penales. Es en aquella instancia donde se ve el temple y la jerarquía de los clubes llamados a levantar la primera copa en el nuevo “RESTO BAR”. Será una verdadera fiesta, para ti que sabes patear la de cuero y si no lo haces, también.
El club afortunado se embolsará hasta 125 millones de dólares, y la buena noticia del pastel es que se priorizará la distribución de 250 millones de dólares para el fútbol de clubes en el mundo. La FIFA separará las arcas de este mundial y no tocará sus reservas, manejando así los clubes y selecciones por diferentes vías, con un mismo objetivo.
Mediante este “modelo de negocio” se repartirán 1000 millones de dólares entre los 32 clubes participantes, y la cereza son los pagos de solidaridad importantes alrededor del planeta. Son cifras exorbitantes, vendibles para tal espectáculo, que el récord de Toni Kroos no se manche (el futbolista más laureado, con seis trofeos en esta historia). En la misma línea se augura que el Bayern de Múnich marque su primer gol, ya que no ha perforado la red en sus dos mundiales disputados.
Cuando se mueva la pelota en el Hard Rock Stadium, las gargantas de Sudamérica se encontrarán listas para cantar los goles de Palmeiras, Flamengo, Fluminense, Botafogo, River Plate o Boca Juniors, los cuales apetecen demostrar al mundo que “aquí mando yo” y dar el golpe a los europeos.
Si bien es cierto que el Real Madrid estrena “nuevo traje” en el banquillo y viaja dispuesto a salvar la temporada, PSG e Inter de Milán, finalistas de la Champions, y Manchester City, por la reivindicación, son en el papel los favoritos; lo bueno es que esto es fútbol y hasta con un gol de rebote en la canillera puedes ganar. No nos importa ese oro de 24 quilates; lo que verdaderamente prevalece es el honor, la experiencia de conquistar la gloria. Que nos escuche Dios y la copa se desplace hacia el sur. ¡Centro al área y tú tienes el balón!
Por Nestor Díaz.