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sábado, 26 abril, 2025
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“Un gobierno ausente”… Por Octavio Huachani Sánchez

El pésimo manejo del conflicto entre los comuneros y la empresa a cargo de la mina Las Bambas le pasó la factura al Presidente Vizcarra. Más de la mitad de los peruanos le quitó su respaldo.

Pero el problema de Las Bambas es de reciente data. Hay otras zonas en el país que también fueron declaradas en emergencia pero que han sido descuidadas y abandonadas a su suerte.

Por ejemplo, han pasado dos años y en Piura las víctimas del Niño costero de 2017 continúan viviendo en raídas carpas y endebles módulos, sin servicios básicos y expuestos a enfermedades.

Como se recuerda El Niño Costero afectó a 1,426.753 personas y dejó 291.578 damnificados y 158 fallecidos. Además 344.696 viviendas quedaron inhabitables.

Y hoy, en el arenal del Nuevo San Pedro en Piura, así como las miles de familias de las zonas devastadas de Lambayeque y La Libertad, -las otras dos regiones más afectadas por el fenómeno natural- las familias damnificadas continúan viviendo en una precaria situación.

Al respecto, El primer ministro, Salvador del Solar, reconoció que se han hecho múltiples promesas a la población damnificada las mismas que hasta ahora no se cumplen.

En este punto es necesario recordar que el actual Presidente Martín Vizcarra formaba parte del Ejecutivo como ministro de transportes y comunicaciones. Es decir tenía pleno conocimiento  de la tragedia y del abandono de los damnificados

¿Un Mea culpa salvador?

Haciendo un juego de palabras el primer ministro dijo que «La reconstrucción que tenemos que hacer en nuestro país no se limita a los efectos de El Niño Costero, cumplidos dos años hace apenas dos días, lo que tenemos que hacer es una reconstrucción de la confianza, una reconstrucción del trabajo en equipo».

Acto seguido presentó a Nelson Chui como el nuevo director ejecutivo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), quien reemplaza a Edgar Quispe, cuya labor ha sido acremente cuestionada por los retrasos.

Edgar Quispe fue el segundo zar de la reconstrucción. El primero fue Pablo de la Flor designado por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski.

De la Flor fue el primero en fracasar. Durante su gestión dilapidó 200 millones de soles en obras que nunca se llegaron a ejecutar. Según denuncias documentadas ese dinero fue a parar a manos de empresarios allegados a Pablo de la Flor.

Cuando solicitó otros 200 millones del presupuesto asignado a la reconstrucción el ministerio de economía le exigió que rindiera cuenta de los gastos de la primera partida. Cuando se comprobó que no había cumplido con lo planificado solo fue destituido  cuando le correspondía se denunciado a la fiscalía.

Por ello es comprensible la desconfianza de los damnificados con el anuncio de Nelson Chui como el nuevo director ejecutivo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC).

Más aún cuando Chui fue dos veces gobernador regional de Lima Provincias y tiene un proceso pendiente ante la Fiscalía, que lo investiga por el presunto delito de peculado en agravio del Estado. El caso está relacionado con una supuesta compra de costosos regalos para funcionarios, con dinero público.

Pero no solo es eso. Para la Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios Nelson Chui Mejía, contrató los servicios de Orlando De la Cruz Yactayo, presidente del FREDELCO (Frente de Defensa de los Intereses de la Región Lima), quien se encargaba de interponer una serie de denuncias con la finalidad de doblegar voluntades, haciendo entrega de  dádivas a cambio de obtener declaraciones falsas, mellar honorabilidades y perjudicar a sus enemigos políticos, principalmente del anterior periodo de gobierno.

Además en un arranque se sinceridad Nelson Chui reconoció que su nombramiento lo tomó de sorpresa y que recién está conociendo los detalles de cada región afectada por El Niño Costero.

Finalmente, algo que debe entender el Presidente Martín Vizcarra es que a partir de ahora ya no hay tiempo para discursos ni propuestas. Entender que los peruanos reclaman seguridad, trabajo y mejora en los servicios de salud. Que el impacto de las propuestas de lucha contra la corrupción ya cumplió su ciclo.

En suma: menos palabras y más acción

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