Las esperanzas de un acuerdo comercial duradero entre Estados Unidos y China se están desvaneciendo. El gobierno de Donald Trump ha denunciado una alarmante falta de avances en las negociaciones, al tiempo que intensifica sus esfuerzos para forzar una desvinculación económica a gran escala. Según expertos, esta estrategia podría desencadenar el caos en las cadenas de suministro globales y fracturar el mundo en bloques de influencia liderados por las dos mayores potencias.
De la Tregua a la Acusación
A principios de este mes, las tensiones entre Washington y Pekín parecían haberse aliviado. Delegaciones de ambos países se reunieron en Ginebra y acordaron reducir parcialmente sus aranceles como un paso hacia un pacto comercial más amplio. Específicamente, se había acordado una tregua arancelaria que disminuía los gravámenes estadounidenses sobre productos chinos del 145% al 30%, mientras que China bajaba sus aranceles a bienes estadounidenses del 125% al 10%.
Sin embargo, el rumbo de este acuerdo cambió drásticamente el pasado viernes, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, acusó a China de violar el convenio alcanzado semanas antes. Aunque el mandatario no precisó los términos exactos del incumplimiento, funcionarios estadounidenses han sugerido que empresas chinas continúan recibiendo subsidios estatales no declarados, lo que podría constituir una violación de las condiciones pactadas.
Advertencias Geopolíticas y la Perspectiva China
La retórica no se limita al ámbito económico. El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, advirtió en el foro de seguridad Shangri-La en Singapur que, si bien Washington «no busca un conflicto con la China comunista, no seremos desplazados de esta región crítica del Indopacífico”. Hegseth afirmó que «China ha demostrado que quiere alterar el statu quo de la región», haciendo alusión a las operaciones militares de Pekín en el mar de China Meridional y su creciente presión sobre Taiwán.
El jefe del Pentágono también señaló la constante «acoso a Taiwán» y mencionó informes de inteligencia que sugieren una posible invasión en 2027. La ausencia del ministro de Defensa chino, Dong Jun, en el foro fue una señal más de la tensión.
Desde una perspectiva diferente, Daniel Kritenbrink, exembajador en Vietnam, comentó a CNN que la incertidumbre generada por las «idas y venidas» de la administración Trump en torno a los aranceles «podría tener un impacto real en la disposición de China a firmar un acuerdo comercial formal con Estados Unidos».
Asimismo, Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase y uno de los principales banqueros de EE.UU., alertó a los funcionarios sobre la subestimación de China. «Yo hablaría con China. Acabo de volver de allá la semana pasada. Ellos no tienen miedo, amigos», afirmó Dimon en el Foro Económico Nacional Reagan. Enfatizó que la idea de que Pekín cederá fácilmente a la presión de Washington es errónea, destacando la preparación china: «Cuando tienen un problema, ponen a 100,000 ingenieros a trabajar en ello. Llevan años preparándose para esto».
Impacto en el Comercio
Las consecuencias económicas de esta tensión ya se están sintiendo. Las importaciones de bienes a EE.UU. cayeron en torno a un 20% en abril con respecto a marzo, según el informe preliminar de indicadores económicos de la Oficina del Censo del país. Este descenso se traduce en una reducción de 68,400 millones de dólares, o un 19.85% menos que en el mes anterior, con importaciones que sumaron 276,100 millones de dólares en abril.