“Religión y política, una combinación explosiva”… Por Octavio Huachani Sánchez

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En los últimos años los pastores de las principales iglesias cristianas, han ido ingresando a la política apoyando a determinados candidatos. El enorme potencial político electoral que tienen las iglesias cristianas los han convertido en una suerte de bocatto di cardinale, para los líderes políticos de los partidos, que ansiosos de conseguir votos y curules a través de sus votos, poco les importa que los postulados de estas iglesias vayan en dirección opuesta a los del partido que dirigen.

En nuestro país, tres pastores lideran el ranking iglesias cristianas con mayor fortuna. Ellos el pastor cubano nacionalizado peruano Rodolfo González Cruz, que dirige la Iglesia Cristiana Pentecostés Movimiento Misionero Mundial (MMM), y que recauda en promedio 7 millones de soles anuales a través de diezmos y otras contribuciones de sus fieles.

Lo sigue Pedro Hornung fundador de la Comunidad Cristiana Agua Viva que pagó 6 millones de dólares para adquirir el coliseo Amauta. Según Víctor Arroyo, director del Concilio Nacional Evangélico del Perú (Conep): “Es una de las compras más importantes que ha hecho una iglesia evangélica desde los años 80.

Completa la lista de los afortunados, el pastor Alberto Santana fundador y líder de la iglesia El Aposento Alto que ha tenido un gran crecimiento en membresía e infraestructura, llegando a construir 54 locales en Perú y en el extranjero, además de contar -desde el 2010- con tres emisoras radiales.

Santana hace poco hizo noticia al anunciar que “Dios había determinado” que compre el estadio de Alianza Lima. Después ante la férrea oposición de los hinchas “blanquiazules” retrocedió para luego señalar que sería el estadio del club Universitario de deportes. Ante este nuevo traspié, ahora anda en busca de otros estadios.

Además de las fortunas que ostentan estos tres emporios religiosos los une una predica contraria al perdón y la reconciliación, dedicándose a lanzar mensajes de  sectarismo, odios, divisionismo  con un discurso violento y radicalmente homofóbico.

La mezcla de religión y política no es beneficiosa, por el contrario es explosiva, porque ha quedado demostrado que pueden incidir en la política, y moldearla a sus intereses fundamentalistas con la anuencia de los líderes políticos.

Coincidencia o no,  el fujimorismo desde sus inicios contó en el favor de los evangélicos. Alberto Fujimori en su primer gobierno tuvo como segundo vicepresidente al pastor Carlos García líder de la iglesia Bautista.

Y la actual lideresa de Fuerza Popular tiene como congresistas y aliadas a representantes de las iglesias evangélicas de las diferentes regiones del país.

Además en los mítines de la última campaña electoral Keiko Fujimori recibió el apoyo y la bendición de los pastores Rodolfo González Cruz, del movimiento misionero mundial¸ Pedro Hornung, de la iglesia evangélica Agua Viva; y de Alberto Santana de la iglesia El Aposento Alto.

Curiosamente todos, pastores y la lideresa de FP,  están siendo investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), por el supuesto delito de lavados de activos.