El Frente Polisario ha lanzado una campaña internacional de desprestigio contra el Perú tras el otorgamiento del indulto al expresidente Alberto Fujimori por parte del Presidente Pedro Pablo Kuczyinszki junto a colectivos de la extrema izquierda peruana afincados en España y grupos de la izquierda radical española. La campaña arrancó en Madrid el día 26 de enero pasado bajo el lema “luchando por la justicia y la libertad” tiene como objetivo la denuncia del indulto presidencial al expresidente Alberto Fujimori, el desagravio a Jadiyetu El Mohtar y la conmemoración de los 35 años de la matanza de Uchuraccay.
Con esta campaña, que contó con la participación de Jadiyetu El Mohtar, pretendida embajadora de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Perú, antes de ser expulsada por usurpación de funciones diplomáticas, violación del régimen migratorio de simple turista española y proselitismo político, el Frente Polisario tiende a instrumentalizar para sus propios fines el debate generado en la sociedad peruana por la gracia presidencial al expresidente Alberto Fujimori, como respuesta a la decisión del Estado peruano de no restablecimiento de las relaciones y de negar el acceso al país a su representante.
Se prevé que esta campaña se prosiga posteriormente en otras capitales europeas con el objetivo de dañar la imagen del Perú y hacer presión sobre la justicia peruana que está examinando su demanda de habeas corpus.
Cabe recordar que a inicios de enero, la señora El Mohtar, que es responsable de relaciones internacionales en la Unión de Mujeres del Polisario, había lanzado en nombre del Frente Polisario duras críticas a la decisión de gracia presidencial llegando a calificar a nuestro país de “país corrupto, de vendetta y desorden”.
Sin embargo, esta campaña contra el Perú tuvo otro episodio, unas semanas antes, cuando la supuesta embajadora puso en la red un video donde arremetía contra los tres poderes del Estado peruano, con graves acusaciones aplazamientos y amenazas de represalia internacional.
Los vínculos entre el Polisario y la extrema izquierda peruana no son nuevos y se han fortalecido durante la estadía de la dirigente del polisario en Perú a donde llegó de manos del otrora embajador de Venezuela en Lima, Diego Alfredo Molero antes de regresar a su país tras decidir nuestro país rebajar el nivel de representación. El señor Molero se encargaba de introducirla en todos los actos diplomáticos y públicos a los que estaba invitado poniendo a la Cancillería peruana en situaciones embarazosas.
En su empeño de lanzar calumnias contra el Perú, el Polisario se ha apoyado sistemáticamente en su alianza con sectores de la extrema izquierda peruana que le ofrecieron todo tipo de asesoría y acompañamiento.
Entre estos figura Patria Roja, partido que según fuentes periodísticas, se vio envuelto semanas atrás en una fuerte polémica por su supuesta implicación en la preparación de actos terroristas contra intereses americanos por instigación de la embajada norcoreana en nuestro país, lo que motivó que su personal diplomático sea declarado persona non grata.
Da la casualidad que por las mismas fechas, el Polisario estaba igualmente inmerso en medio de una tormenta parecida tras la audiencia acordada el 15 de enero pasado por el rey Felipe VI de España a Lucía Jiménez, presidenta de la asociación canaria de víctimas del terrorismo del Polisario (ACAVITE). La señora Jiménez, informó al Rey sobre la situación de las más de trescientas familias españolas reconocidas como víctimas del terrorismo del polisario durante los años 70 y 80, actos que acabaron gracias solo con la construcción por parte de Marruecos del muro defensivo para impedir las incursiones de los grupos armados del polisario desde el territorio argelino.
Ya en el año 2010, el Centro Europeo de Inteligencia Estratégica y de Seguridad (ESISC), Think-tank independiente con sede en Bruselas explicó, mediante un alarmante informe, el vínculo de complementariedad entre el Polisario y la organización terrorista AQMI (predecesora del Estado Islámico), por la necesidad para esta última de posiciones de repliegue y para el movimiento separatista de aprovecharse del apoyo financiero y de un renacimiento ideológico aportado por el islamismo radical que le permitirá movilizar una base harta de más de cuarenta años de promesas incumplidas.