La 66ª Cumbre del Mercosur estuvo marcada por un tenso traspaso de la presidencia pro tempore de Argentina a Brasil. Javier Milei entregó el liderazgo del bloque a Luiz Inácio «Lula» da Silva con un discurso desafiante, advirtiendo que el Mercosur deberá alinearse con las políticas de su gobierno o Argentina buscará su propio camino. «Emprenderemos el camino de la libertad, y lo haremos acompañados o solos», sentenció Milei.
En contraste, Lula da Silva asumió la presidencia con un tono conciliador, delineando ejes que priorizan la lucha contra el cambio climático y la transición energética, el desarrollo tecnológico inclusivo y la promoción de los derechos ciudadanos, temas que contrastan con la postura del mandatario argentino.
Posturas contrapuestas
Tras la cumbre, no hubo reunión bilateral entre Milei y Lula. El presidente argentino solo mantuvo encuentros con el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, calificado como «positivo» sin mayores detalles, y con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino. Por su parte, Lula se reunió con la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.Milei, al igual que en la cumbre anterior, utilizó su intervención para cuestionar la esencia del bloque regional. Reiteró su postura de ser un «topo dentro del Estado» para «destruirlo desde adentro», extendiendo esa misma intención al Mercosur. Criticó que el bloque «incumplió su objetivo original, cercenó libertades económicas y privó de oportunidades a los privados de la región», afirmando que «de mercado y de común, le quedó cada vez menos». Incluso, lo denominó «cortina de hierro» y propuso un esquema comercial y regulatorio «mucho más libre».
Durante su presidencia pro tempore, Argentina buscó «traducir» su visión en «medidas tangibles y realizables», como la ampliación de la lista de excepciones al arancel externo común. También se atribuyó el cierre del acuerdo entre el Mercosur y la Asociación Europea de Libre Comercio, y mencionó avances en las negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos, India e Israel.
Flanqueado por su hermana Karina, el vocero presidencial Manuel Adorni y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, Milei también abordó la seguridad. Propuso la creación de una «Agencia del Mercosur contra el delito organizado transnacional» para «extirpar el cáncer del crimen organizado» en la región.
Cerca del final de su discurso, Milei lanzó una nueva advertencia: «Debemos dejar de pensar al Mercosur como un escudo que nos proteja del mundo y comenzar a pensarlo como una lanza que nos permita penetrar de forma efectiva en los mercados globales». Insistió en la libertad de mercado y advirtió que, si la próxima presidencia no acompaña las reformas «pro libertad comercial», Argentina emprenderá el camino «acompañados o solos».
La visión de Lula para el Mercosur
Mientras los presidentes de Paraguay, Santiago Peña; Bolivia, Luis Arce; y Uruguay, Yamandú Orsi escuchaban atentamente, Lula da Silva tomó la palabra con un tono sereno. «Cuando el mundo se siente inestable y amenazante, es natural buscar refugio donde nos sintamos seguros. Para Brasil, el Mercosur es ese lugar», puntualizó.
Lula defendió la solidez del bloque frente a los «ataques» argentinos, afirmando que «a lo largo de más de tres décadas hemos construido una casa con cimientos sólidos, capaz de soportar la fuerza de los problemas externos». Subrayó que «Estar en el Mercosur nos protege» y que la región se enfrenta al «reto de proteger nuestro espacio de autonomía en un contexto cada vez más polarizado».
Lucha contra el cambio climático y fomento de la transición energética: En un claro mensaje hacia la postura de Milei, Lula sentenció: «La realidad avanza más rápido que el Acuerdo de París, dejando al descubierto la falacia de la negación climática».
Desarrollo tecnológico inclusivo: Lula expresó preocupación porque «las nuevas tecnologías se concentran en manos de un pequeño número de personas y empresas». Mencionó que Brasil y Chile formalizaron una asociación para crear modelos de Inteligencia Artificial que reflejen las realidades culturales y lingüísticas de América Latina, proponiendo expandir esta iniciativa al Mercosur y Sudamérica.
Lucha contra el crimen organizado: En uno de los pocos puntos de coincidencia con Milei, Lula anunció que estudiaría «la posibilidad de crear una agencia contra el delito organizado transnacional como propuso la Argentina».
Promoción de los derechos ciudadanos: La última propuesta de Lula fue reanudar la Cumbre Social del Mercosur y realizar una cumbre sindical, reafirmando que «la fuerza de nuestras democracias depende del diálogo y del respeto a la pluralidad». Para finalizar, recordó al expresidente uruguayo Pepe Mujica y al Papa Francisco, prometiendo que la presidencia brasileña «honrará su legado, trabajando por una integración solidaria y sostenible».