El organismo propone un plan para restablecer la seguridad y la estabilidad en Haití.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha presentado una hoja de ruta para ayudar a Haití a salir de su grave crisis. El plan busca recuperar la seguridad, lograr la estabilidad política y mitigar la crisis humanitaria que enfrenta el país, devastado por la violencia de las pandillas.
En una entrevista con la agencia AFP, el secretario general de la OEA, Albert Ramdin, instó a los países de la región a colaborar más, dejando de lado las agendas políticas. «Necesitamos reconstruir la confianza», afirmó, «y que cada país defina en qué puede ayudar, ya sea con fondos, experiencia o capacitación».
Coordinación y seguridad, claves del plan
Ramdin destacó que la hoja de ruta se centra en dos ejes principales: la coordinación y la financiación. «Debemos saber quién hace qué en Haití. Hemos visto demasiados esfuerzos duplicados», explicó. «Necesitamos dinero. Puedes tener el mejor plan, pero si no puedes financiarlo, es un plan vacío».
Aunque la OEA no tiene mandato para misiones de paz, puede desempeñar un rol crucial en la movilización política y logística para una fuerza de seguridad. «La fuerza tendrá que ser dirigida por Naciones Unidas u otro país. Kenia está ahora al frente y necesita más soldados. Hay países de Sudamérica dispuestos a proveerlos; tenemos que encontrar cómo hacerlo», señaló.
Reformas políticas y la incógnita de las elecciones
El plan de la OEA también aborda la necesidad de reformas para que el país recupere la estabilidad, como una reforma constitucional y la creación de un consejo electoral permanente.
Sobre las elecciones, Ramdin se mostró cauto. A pesar de que el Consejo Presidencial de Transición (CPT) prometió comicios para febrero de 2026, el secretario general no se mostró «optimista» y advirtió que la política interna podría entorpecer el proceso.
Finalmente, Ramdin urgió a la comunidad internacional a actuar rápidamente: «Necesitamos resultados antes de fin de año. De lo contrario, habrá un vacío político que podría ser explotado por los líderes de las pandillas».