Desde San Juan de Letrán, el Papa conmovió con su homilía: «Ofrezco todo lo poco que tengo y que soy».
El papa León XIV asumió formalmente este domingo su rol como obispo de Roma, tomando posesión de la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la ciudad. Durante su homilía, el pontífice agustino reiteró su compromiso total con la Iglesia, citando a San Agustín: «Ofrezco todo lo poco que tengo y que soy”.
León XIV llegó a la catedral tras un homenaje del alcalde de la capital, Roberto Gualtieri, y la ciudad de Roma a los pies de la escalinata del Campidoglio. La ceremonia en San Juan de Letrán comenzó ante el imponente trono del papa León X. El cardenal vicario de Roma, Baldassare Reina, pronunció la fórmula tradicional que lo invitó a asumir su papel de obispo, recordándole su labor como pastor del «rebaño de Cristo» y «siervo de los siervos de Dios». Una vez sentado en la cátedra, el rito de obediencia se llevó a cabo con representantes de la Iglesia, incluyendo obispos, párrocos, frailes, monjas y familias de la diócesis romana.
En homenaje del alcalde de la capital, Roberto Gualtieri, y la ciudad de Roma a los pies de la escalinata del Campidoglio. La ceremonia en San Juan de Letrán comenzó ante el imponente trono del papa León X. El cardenal vicario de Roma, Baldassare Reina, pronunció la fórmula tradicional que lo invitó a asumir su papel de obispo, recordándole su labor como pastor del «rebaño de Cristo» y «siervo de los siervos de Dios». Una vez sentado en la cátedra, el rito de obediencia se llevó a cabo con representantes de la Iglesia, incluyendo obispos, párrocos, frailes, monjas y familias de la diócesis romana.
En su homilía, el papa León XIV destacó las características que, según el papa Francisco, deben guiar a la Iglesia: «la ternura, la disponibilidad al sacrificio y esa capacidad de escucha que permite no solo socorrer, sino a menudo prever las necesidades y las expectativas, antes incluso de que se formulen». Expresó su deseo de que estos rasgos crezcan en el pueblo de Dios, tanto en los fieles y pastores como en él mismo.
El pontífice también recordó las palabras del papa Juan Pablo I, quien en su propia toma de posesión en 1978 afirmó: «Puedo aseguraros que os amo, que solamente deseo serviros y poner a disposición de todos mis pobres fuerzas, todo lo poco que tengo y que soy». Concluyó su mensaje expresando: «También yo quisiera expresarles todo mi afecto, con el deseo de compartir con ustedes, en el camino común, alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Del mismo modo, les ofrezco ‘todo lo poco que tengo y que soy'».
Al finalizar la ceremonia, el papa León XIV se asomó al balcón central de San Juan de Letrán para impartir la bendición a la ciudad de Roma. Posteriormente, se dirigirá en coche a la basílica de Santa María la Mayor para orar ante el icono de María «Salus populi romani», muy venerado por los romanos, antes de regresar al Vaticano. Esta celebración marca el cierre de los ritos asociados con el inicio de su pontificado, luego de haber visitado previamente la basílica de San Pablo Extramuros.