Una explosión atribuida al Ejército israelí alcanzó la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico activo en la Franja de Gaza. El ataque causó la muerte de al menos dos personas y dejó herido al párroco Gabriel Romanelli, sacerdote argentino conocido por su cercanía con el fallecido Papa Francisco. Varios civiles que se refugiaban en el lugar también resultaron heridos, entre ellos ancianos y personas con discapacidad.
El edificio sufrió daños estructurales graves. Tanto el Vaticano como el Patriarcado Latino de Jerusalén han exigido explicaciones por lo ocurrido.
Reacciones internacionales:
* El Gobierno italiano, liderado por Giorgia Meloni, calificó el ataque como “inaceptable” y condenó el daño a civiles e instalaciones religiosas, que además servía como refugio en medio de una crisis humanitaria.
* El ejército israelí expresó pesar, calificó el bombardeo como un posible error de tanque y anunció una investigación interna
Contexto histórico y religioso:
1. Cristianos bajo fuego en Gaza: Desde el inicio de la ofensiva tras los atentados de Hamás el 7 de octubre de 2023, Gaza ha sido escenario de una devastación sin precedentes. Más de 58 000 palestinos han muerto en bombardeos, entre ellos miembros de comunidades cristianas vulnerables como la de Gaza.
2. Ataques previos a templos religiosos:
* En octubre de 2023, la Iglesia Ortodoxa de San Porfirio, una de las más antiguas del mundo, fue bombardeada por la Fuerza Aérea Israelí, matando al menos 18 personas que se refugiaban allí.
* En diciembre de 2023, dos mujeres cristianas fueron asesinadas por un francotirador israelí dentro del recinto de la Iglesia de la Sagrada Familia, mientras se refugiaban en el lugar.
Relación entre la Santa Sede e Israel:
* El Papa Francisco mantenía contacto diario con el párroco Romanelli, ofreciendo consuelo a la diminuta comunidad cristiana de Gaza; su última llamada fue solo días antes de su fallecimiento en abril de 2025.
* Entretanto, las tensiones diplomáticas entre la Santa Sede y el Estado de Israel se han intensificado, especialmente tras las críticas papales por la escalada militar en Gaza, que algunos califican de genocidio. Un mensaje de condolencias de Israel tras la muerte del Papa fue incluso eliminado, lo que agravó fricciones existentes.
El ataque plantea cuestionamientos sobre las reglas de combate y sobre cómo proteger a civiles atrapados en conflictos donde lo religioso, lo político y lo humanitario se entrecruzan de forma dramática.
El bombardeo a la única iglesia católica de Gaza sirve como síntoma de un conflicto que ya no distingue entre beligerantes y civiles. El ataque no solo destruye infraestructura, sino que también ataca la noción de refugio mismo. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con alarma, y desde el Vaticano se redoblan los llamados al alto al fuego y a un diálogo urgente para proteger a los inocentes.
