Las barajas son un elemento tan antiguo que su creación se remonta desde las antiguas civilizaciones, sin que los historiadores hayan sido capaces de fijar un inicio claro. Sin embargo, eso fue solo el comienzo, ya que durante el viaje de la historia hasta su presencia dominante en casinos y hogares de todo el mundo hoy en día, las barajas han sido testigos y protagonistas de innumerables evoluciones culturales. En ese proceso histórico América, ha añadido capas de complejidad y tradición gracias a su multiculturalidad.

Los inicios
Algunos historiadores creen que se originaron en China, mientras que otros sostienen que fueron inventadas en el Medio Oriente. Lo que sí está claro es que las primeras barajas eran muy diferentes de las que conocemos hoy en día. En China, las barajas originales tenían solo 20 cartas, mientras que las del Medio Oriente tenían 52. Además, las cartas de estas primeras barajas eran a menudo de madera o cuero, y no tenían imágenes. Durante esta primera época las cartas servían principalmente para la adivinación, cuestión ampliamente extendida en aquellas culturas. No obstante, poco a poco las barajas comenzaron a hacerse un hueco como forma de entretenimiento.
La revolución europea de las cartas
Fue en Europa donde llegó la revolución que acercó las barajas a ser las que conocemos hoy en día. En el siglo XIV, las cartas europeas se hicieron con papel y comenzaron a incluir imágenes. Estas imágenes eran a menudo de reyes, reinas, caballeros y sotas. Además, las cartas europeas se dividieron en cuatro palos: corazones, diamantes, tréboles y picas. Los dibujos, que originaron los “palos” junto a la numeración hicieron posible la creación de juegos clásicos como el mus o el 21 blackjack, símbolos de que con independencia de los dibujos que presente una baraja las opciones de entretenimiento son enormes.
La influencia americana
Con la llegada de los colonizadores europeos a América, las barajas también cruzaron el océano. En ese momento la mezcla de culturas también se hizo patente en los juegos de cartas, dando lugar a nuevos juegos y variantes. En el Caribe, por ejemplo, juegos como el «Tute» y el «Burro» se volvieron populares, mientras que en Sudamérica, el «Truco», especialmente en Argentina y Uruguay, se convirtió en un pasatiempo nacional que llega hasta nuestros días, en los que ya no hace falta baraja para jugar, ya que se puede hacer en línea.
Norteamérica no se quedó atrás y también adoptó y adaptó muchos juegos europeos. Sin embargo, si algo destaca allí es el Poker, que influenciado por varios juegos antiguos, encontró su verdadero hogar y comenzó a convertirse en el que hoy en día es probablemente el juego de cartas más globalizado, con jugadores de todo el mundo y un circuito profesional exitoso.
América no solo adoptó juegos de cartas europeos, sino que también los llevó a nuevos niveles. El ya mencionado Blackjack, aunque con raíces en el «Vingt-et-un» francés, encontró su formato moderno y reglas estandarizadas en los casinos de Estados Unidos.