Francia y Reino Unido han acordado un «proyecto piloto» para el intercambio de migrantes, buscando abordar las cifras récord de cruces ilegales del Canal de la Mancha. Este acuerdo, anunciado tras la visita de tres días del presidente Emmanuel Macron, se basa en el principio de «uno por uno» y aún debe ser presentado a la Comisión Europea.
En esencia, Francia se compromete a aceptar el retorno de migrantes indocumentados que crucen a Reino Unido desde sus costas en pequeñas embarcaciones. A cambio, Londres aceptará a solicitantes de asilo que se encuentren en Francia y tengan vínculos, especialmente familiares, con Reino Unido.
«Por primera vez, los migrantes que lleguen en pequeñas embarcaciones serán detenidos y rápidamente devueltos a Francia», declaró el primer ministro británico, Keir Starmer, calificando el acuerdo de «revolucionario» y estimando que podría iniciar «en las próximas semanas». Starmer añadió que, «a cambio de cada devolución, se permitirá a un individuo diferente venir aquí» de forma segura. Aunque no se precisó la cifra, medios locales sugieren que podrían ser unas 50 personas a la semana. La medida llega en un contexto donde más de 21.000 migrantes han cruzado el Canal de la Mancha este año, una cifra récord, y Starmer enfrenta presión por el ascenso del partido antiinmigración Reform UK.
Macron, por su parte, atribuyó la situación al Brexit, señalando que desde la salida de Reino Unido de la Unión Europea en 2020, «no existe ningún acuerdo migratorio con la UE», lo que crea un «incentivo» para cruzar el canal. El presidente francés considera que este proyecto piloto «tendrá un efecto disuasorio».
Reacciones diversas al acuerdo migratorio
El acuerdo ha generado diversas reacciones. Nigel Farage, líder del partido antiinmigración Reform UK, lo tildó de «humillación», afirmando que Reino Unido ha actuado «como un miembro de la Unión Europea» e «inclinándose ante un presidente francés arrogante». La ONG Médicos Sin Fronteras calificó el plan de «absurdo» y «extremadamente peligroso».
Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lo recibió con optimismo, indicando que, «si se aplica correctamente», podría «ofrecer acceso a la protección a los solicitantes de asilo y refugiados a ambos lados del Canal de la Mancha». Cinco países de la UE, incluidos España, Grecia e Italia, habían expresado previamente su «preocupación» por un posible acuerdo y reclamaron «un enfoque coordinado entre los miembros de la UE».
Colaboración en defensa, comercio y cultura
Además de la migración, los dos líderes aprovecharon la visita para fortalecer la colaboración en defensa, comercio y cultura. Discutieron la inestable situación en Oriente Medio, el apoyo a Ucrania y los lazos de defensa, incluyendo el desarrollo conjunto de misiles y la cooperación nuclear.
En un paso significativo, ambos países acordaron un acercamiento en disuasión nuclear, firmando una declaración que estipula que sus medios respectivos podrán «ser coordinados». Si bien la soberanía de ambos países –los únicos con armas nucleares en Europa– permanecerá intacta, la declaración advierte que «cualquiera que amenace los intereses vitales de Reino Unido o Francia podría enfrentarse al poder de las fuerzas nucleares de ambas naciones», un mensaje dirigido a Rusia en un momento de preocupación por sus posibles ambiciones expansionistas en Europa del Este.
Los aliados también se comprometieron a acelerar el programa conjunto de misiles de crucero Scalp/Storm Shadow y a avanzar en una nueva fase del proyecto de futuros misiles de crucero y antibuque, cuyo desarrollo se había estancado.