El presidente Emmanuel Macron anunció un paquete extraordinario de €6 500 millones destinado a reforzar el presupuesto de defensa durante los años 2026 y 2027. Esta medida forma parte de la estrategia del gobierno francés para duplicar el gasto militar, que pasaría de €32 000 millones en 2017 a €64 000 millones en 2027.
Macron justificó esta inversión en el marco de un contexto internacional marcado por crecientes amenazas a la seguridad y la libertad en Europa, las más graves —según afirmó— desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Entre los factores señalados como perturbadores del equilibrio de la paz europea figuran el expansionismo ruso, el terrorismo y la creciente incertidumbre respecto al compromiso militar de Estados Unidos.
“Para ser libres, debemos ser temidos”, subrayó Macron en su discurso ante las Fuerzas Armadas, en vísperas de las celebraciones por el Día de la Bastilla.
Este incremento complementará la programación militar 2024–2030, que ya contemplaba una inversión de €413 000 millones para ese período, y se financiará sin recurrir a mayor endeudamiento, gracias al crecimiento económico proyectado por el gobierno francés.
Además, se prevé un aumento en las remuneraciones del personal militar y el fortalecimiento de capacidades estratégicas en defensa antiaérea, guerra electrónica, operaciones espaciales y tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la computación cuántica.
Estas medidas se anuncian en un contexto de disciplina fiscal: el gobierno prepara recortes y alzas impositivas por un total de €40 000 millones con el fin de equilibrar las cuentas públicas, aunque diversos medios destacan que el sector defensa seguirá siendo una prioridad.
Repercusiones nacionales y europeas
* Apoyo político: La mayoría de las fuerzas políticas ha respaldado la medida, aunque sectores de izquierda advierten que podría desviar recursos de áreas sociales.
* OTAN y Unión Europea: Francia se suma al impulso de otros aliados —como Alemania, el Reino Unido y Polonia— que han optado por aumentar el porcentaje de su PIB destinado al gasto militar.
* Cooperación nuclear: Macron también planteó la necesidad de establecer un diálogo con otras potencias nucleares europeas, como el Reino Unido, con el objetivo de fortalecer la disuasión compartida en la región.
Este giro marca un cambio estratégico: Francia se posiciona como uno de los motores de la autonomía en defensa europea, alejándose progresivamente del tradicional paraguas de protección estadounidense y buscando consolidar capacidades propias frente a un escenario internacional cada vez más volátil.