El ex-presidente brasileño Jair Bolsonaro dejó este sábado su residencia, donde cumple arresto domiciliario, para someterse a exámenes médicos. Su salida ocurre a pocas semanas de que la Corte Suprema de Brasil emita un veredicto en el juicio que enfrenta por su presunta participación en una intentona golpista.
Autorizado por el tribunal, el ex-mandatario de 70 años acudió a un centro médico en Brasilia. Su defensa había solicitado la autorización tras diagnosticarle “síntomas de reflujo e hipo” crónicos.
Bolsonaro, quien está bajo arresto domiciliario desde principios de agosto por violar una orden judicial de no usar redes sociales, saludó brevemente a sus simpatizantes frente al hospital. A las afueras, unas veinte personas lo esperaban con banderas de Brasil, Israel y Estados Unidos, aunque él no dio declaraciones a la prensa.
La orden judicial que le impide usar redes sociales fue emitida después de que un juez considerara que las utilizaba para obstruir a la justicia. Bolsonaro, que aún padece secuelas de la puñalada que sufrió en 2018, fue autorizado a permanecer en el hospital por un máximo de ocho horas antes de regresar a su domicilio.
Contexto político y judicial
El líder de la derecha y ultraderecha brasileña se ha declarado inocente, asegurando ser víctima de una «persecución». Su caso ha provocado una crisis diplomática y comercial entre Brasilia y Washington, luego de que el ex-presidente estadounidense Donald Trump impusiera aranceles a las importaciones brasileñas y sancionara al juez que lleva el proceso.
A pesar de las tensiones, la Corte Suprema ha mantenido su calendario judicial. Ha programado sesiones del 2 al 12 de septiembre para decidir si Bolsonaro es culpable de planear un golpe de Estado contra el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva. De ser hallado culpable, podría enfrentar una condena de hasta 40 años de prisión.