Ex-alumnos de este Colegio de Alto Rendimiento destacan en prestigiosas universidades nacionales e internacionales
- Sebastián Joule, estudiante con TEA, recibe apoyo e inclusión en COAR para alcanzar su sueño de ser biólogo marino
“Estudiar en el Colegio de Alto Rendimiento (COAR) ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Allí encontré profesores que se convirtieron en mis segundos padres y compañeros que son mis segundos hermanos. Con ellos soñamos en seguir estudiando en el extranjero y tener una carrera profesional y teníamos la convicción de poder mejorar nuestra sociedad y de alguna manera contribuir al Perú”.
Así se expresa Gustavo Heredia, ex alumno del COAR Lambayeque, quien acaba de terminar el segundo año de la carrera de Economía y Ciencia de Datos en Pitzer College, Clarkmont, California, en Estados Unidos de América. En vacaciones él visita el COAR porque lo considera su segunda casa.
La directora general del COAR Lambayeque, Mery Mocarro, afirma que, tras una década de labor, está convencida de que los 25 COAR distribuidos en las 25 regiones del país ofrecen un modelo educativo integral que forma a los estudiantes no solo en valores y conocimientos, sino también en sus dimensiones emocional, social y física.
Explica que el colegio es el segundo hogar de los estudiantes porque ellos están internados y en su centro de estudios fortalecen los valores que traen de sus casas y “así se van formando como futuros ciudadanos y agentes del cambio social que sus regiones y sus familias necesitan”.
Gustavo Heredia dice que al acabar su carrera planea adquirir más experiencia en el extranjero y luego ejercer la docencia en el Perú “para hacer que más jóvenes salgan de su zona de confort y aprendan cosas nuevas”.
Luz Damián, ex alumna del COAR Lambayeque promoción 2019, destaca que recibió una educación de excelencia enfocada en valores, liderazgo y compromiso social. Actualmente, estudia contabilidad gracias a una beca integral en una universidad privada de su región.
“Invito a todos los jóvenes a apostar por la educación. Los COAR han sido una experiencia muy gratificante que me ha permitido acceder a la universidad. Mis padres son agricultores de una zona rural en Túcume, y sin la oportunidad que me brindó el COAR, no estaría hoy cursando estudios superiores”, enfatiza.
Uno de los valores que se inculcan es la inclusión. Sebastián Joule es uno de los alumnos más queridos y destacados del COAR Lambayeque. Le gustan los cursos de Matemáticas y Biología, sueña con estudiar para ser biólogo marino cuando termine el colegio. Sebastián tiene el trastorno del espectro autista.
“Apoyo a los jóvenes que se esfuerzan para ingresar en el COAR, es una buena oportunidad en base a mi experiencia. Tengo buenos compañeros, hay una exigencia sana y estimulan la necesidad de hablar y aprender. Te estimulan a participar y siempre buscan aprender más”, asegura Sebastián.
Mery Mocarro sostiene que el COAR representa la esperanza de un Perú mejor, formando los ciudadanos globales e íntegros que el país necesita.
“Sabemos que la educación es la clave del desarrollo y el progreso de las familias, de un país y una sociedad. Apostamos para que existan más COAR, no solo uno en cada región, sino uno en cada provincia de cada región. Este modelo transforma las vidas de los estudiantes y sus familias”, finalizó.
