17.2 C
New York
viernes, 6 junio, 2025
InicioEducación y CulturaEntrevista al autor de la novela El muñeco: José Retik

Entrevista al autor de la novela El muñeco: José Retik

Por José Mario Azalde

Crédito de la foto: Diana B. Hoffmann

Terminé de leer El Muñeco, la última novela de escritor argentino José Retik (La Plata, 1969) hace unos días. Siguiendo el precepto borgeano de que la lectura es cierta forma de gozo, el relato de Retik no defrauda. La fluidez del relato se interrumpe, en algunas ocasiones, con referencias eruditas y también situaciones jocosas que rozan el delirio, resaltando quizá esa dimensión (generalmente de difícil construcción) que es la ironía como parte de una importante tradición cultural y esencialmente literaria en Argentina. Recomiendo su lectura. Sin dudas, El muñeco es un artefacto distinto que sacará sonrisas, pero al final, cuando se termine la lectura y se cierre el libro, aparecerá cierta angustia o aprehensión por las verdades que el autor desliza subrepticiamente con elegancia e inteligencia.

  1. Es interesante como se aborda el problema del ser desde la narrativa de Retik, ¿existen antecedentes literarios o cómo aparece la idea de tratar este tema filosófico como parte de la historia en El muñeco?

No partí de un marco teórico, sino de la singular experiencia que vive el protagonista: estar obligado a no hacer nada. A ese hiato temporal —el de la carpeta psiquiátrica—, él tiene que darle un sentido, o al menos, es lo que pretende… La férula sobre la que monta sus personajes es el comienzo de una inextricable caída. Con respecto a los antecedentes, por supuesto que los hay, siempre los hay. Quizás podamos hallar un precursor en Eduardo Ladislao Holmberg; pero no es el único.

  • Se presenta el problema de la burocracia, la conexión entre el funcionamiento neuronal con el avance (?) científico. Luego de leer El muñeco, uno se imagina un futuro en dónde todos usaremos cascos o bonetes inspirados en la jaula de Faraday. ¿Retik percibe de esa forma el futuro?

Más que del futuro, yo hablaría del presente. El poder tiene infinitas máscaras. La idea del bonete o de casco como «jaula» es una imagen nítida de la “ficción” que es nuestra “realidad”. Un escáner cerebral puede ser una herramienta para curar el Alzheimer o un instrumento para violar la intimidad. Lo que Denisse desarrolla —y lo que el protagonista apenas puede comprender— es un arma psico-tecnológica de doble filo.

En cuanto al tema del futuro distópico, lo que percibo es un presente inverosímil.

  • El incesto es el momento culminante de la obra. Es la resolución al nudo gordiano que plantea la situación final, así como la vuelta de tuerca del relato (aparece el relato dentro del relato). ¿Tiene algo en especial la temática del incesto? ¿Plantearlo en ese momento fue deliberado o se impuso? (Eso tiene que ver también con tu proceso de escritura)

La aparición del incesto no fue premeditada; obedeció más bien a una necesidad del texto. Es interesante reparar en que el Yo del protagonista sigue activo en forma de pensamiento mudo: no hay un afuera, sino un adentro alienado. En cuanto al proceso, me dejo usar como muñeco por el lenguaje. Lo deliberado no es mi modus operandi.

  • Las figuras como Musk y los millonarios de Silicon Valley, ¿podrían devenir en un futuro no muy lejano formas de tecnoculto? ¿Ya estamos ante formas de tecnoculto?

No podemos asegurar que Musk no sea una creación robótica de Tesla. Cualquier gurú tecnológico —o de los otros— funciona con la lógica de la religión. Lo que cambia es el tipo de poder que se idolatra: Lo divino encuentra nuevos rostros en la obsesión por la eficiencia, en el consumo compulsivo de información, en la adoración de las finanzas, o en el hecho de que haya gente capaz de inmolarse por una selfie. La novela no pretende denunciar eso, pero muestra, de alguna manera, cómo el mero hecho de salirse apenas de la rutina laboral crea un mundo. Como diría Sandro, un mundo de sensaciones.

- Advertisment -

Most Popular

Recent Comments