Como si se tratara de un bien elaborado programa de reality show, cada día aparecen los mismos actores políticos del Congreso y del Ejecutivo para lanzarse acusaciones y epítetos, acusándose de corruptos o incapaces, pidiendo a viva voz renuncias o vacancias. Con este libreto logran su objetivo que es mantener a la población en un estado de letargo que los hace olvidar de sus propios problemas.
A los continuos anuncios del presidente Martín Vizcarra sobre el adelanto de elecciones y/o el cierre del parlamento por la aprobación de leyes que contienen actos de corrupción y blindajes, le siguen las exigencias de fujimoristas y apristas de que renuncie a su cargo por incapacidad para gobernar.
Y así, los días van pasando y el desempleo, la inseguridad ciudadana, los bajos niveles de educación, los casos de anemia, el acceso a los servicios básicos, van en aumento.
El trabajo infantil, la trata de menores de edad son un problema grave en nuestro país y en las últimas décadas, se ha incrementado el número de jóvenes menores de edad afectados. Y nadie hace nada al respecto.
Esta situación demuestra las debilidades del gobierno de Vizcarra, no sólo en plano social, sino también en los planos políticos y económicos.
En el Perú existen 7’554.204 adolescentes y jóvenes cuyas edades fluctúan entre 15 y 29 años. Este grupo representa casi al 30% de la población peruana. ¿Qué hacen el Ejecutivo o el Congreso para protegerlos y ofrecerles calidad de vida? Nada.
La pobreza, el embarazo adolescente y la violencia escolar han sido factores claves en el atraso y la deserción escolar.
Todo esto ha sido dejado de lado por congresistas y ministros porque simplemente no afecta a sus intereses. Con ellos no es.
En la corrupción, hermanos…
A fuerza de repetirse la corrupción ya no llama la atención a nadie. Es común encontrar videos o audios de políticos ofreciendo y/o aceptando sobornos como si se tratara de un hecho natural. Después de todo de nada vale protestar porque finalmente se blindan entre ellos. Para eso tienen contactos en las comisiones del Congreso, fiscalía, policía, Poder Judicial o Tribunal Constitucional.
¿Y la cuestión de confianza?
En su mensaje presidencial de fiestas patrias el presidente Vizcarra anunció el adelanto de elecciones generales. “Si tenemos que irnos, nos iremos todos” enfatizó. Dentro unos días se cumplirá el plazo concedido y su pedido ha sido postergado hasta las calendas griegas.
Cada pedido que hace el mandatario le dan largonas pretextando cuestiones insólitas con la finalidad de evitar el adelanto de elecciones y de este modo evitar el cierre del local de Fuerza Popular, ergo el palacio legislativo.
El pedido de intervención de la Comisión de Venecia hecho por Fuerza Popular fue delirante ya que la opinión de dicha comisión no es vinculante.
El mismo presidente de la delegación de la Comisión de Venecia, Gianni Buquicchio, señaló que la organización a la que pertenece no se pronunciará sobre si es constitucional o no, pues no le corresponde.
Así las cosas, ahora fujimoristas, apristas y otros más (Vitocho incluido) han puesto la mirada sobre el Tribunal Constitucional.
Como se sabe seis de sus siete miembros tienen el mandato vencido desde hace más de tres meses y la elección de sus reemplazos de pronto se ha convertido en una tarea súper urgente.
Según el exfiscal supremo Avelino Guillén los fujimoristas y sus aliados “Están corriendo contra el tiempo y la comisión especial (encargada de seleccionar a los postulantes) se declaró en sesión permanente porque quieren nombrar nuevos integrantes en un breve plazo con la finalidad tener el control del Tribunal Constitucional”.
Si Fuerza Popular, el Apra y sus aliados tránsfugas insisten en la elección apresurada y obscena de los miembros del TC, quemando etapas y presentando una lista de aspirantes afines a sus intereses, pese a que la mayoría de ellos no califican para tan alta responsabilidad, la dictadura congresal está ad portas.
Mientras tanto…
La reunión sostenida entre el presidente Martin Vizcarra y seis mini bancadas del Congreso que tuvo como agenda única el adelanto de las elecciones al final resultará un saludo a la bandera.
La respuesta de Fuerza Popular ha sido mantener a Rosa Bartra como presidenta de la comisión de Constitución; a Tamar Arimborgo en la de Educación; y como cereza de torta Olaechea lo ha pechado al pedirle que “No tenga miedo de gobernar”.
Que Rosa Bartra presida otra vez esa comisión no es casual. Apenas se instaló su mesa, no tomó ningún acuerdo para poner en el cronograma el adelanto de elecciones. Tampoco lo sometió a votación, a pesar del pedido de sus colegas. La obstrucción está asegurada.
La impericia, por decir lo menos, del presidente Vizcarra no solo se nota a la hora de gobernar sino también a la hora de tomar grandes decisiones. Hay demasiadas dubitaciones en sus actos.
Octavio Huachani