Las elecciones en la Federación Peruana de Fútbol se realizarán en diciembre del presente lustre. La debacle actual del balompié peruano es causa del todavía presidente Agustín Lozano, que inventa cada proyecto deportivo, lo lanza a los medios de comunicación como si fuera un descubrimiento propio, ¡un plan que cambiará por completo el destino del mundo!
Por supuesto, existen incautos que lo creen y confían en él, de un verbo florido, pero con un semblante que guarda tramas, “negociaciones y alianzas” bajo la mesa. Si se ejecutara una encuesta a nivel nacional, quizás le alcance con laureles al 2% de aprobación.
Es decir, ni un parche de pelota lo aprueba; con el margen de error, navegaría en cero, salvo las departamentales y varias instituciones de primera división lo mantienen con vida. Por cierto, en la última Asamblea de Bases, Universitario y 15 clubes de La Liga 1 colocaron una corona a su gestión; Alianza Lima, Melgar, Huancayo y la Asociación Peruana de Futbolistas no se presentaron en señal de protesta y solo Cienciano del Cusco votó en contra.
La CONMEBOL presenta a Lima como sede de la Final Única de la Copa Libertadores (para el 29 de noviembre), lo cual es fructífero para el turismo, imagen nacional, comercio en sus diferentes rubros. Sin embargo, el humo gris que cubre las tardes de la capital proviene de la gestión de Lozano; que América conozca esta verdad.
Sin proyectos realistas a largo plazo y con menos inversión en divisiones menores e infraestructura. “En los próximos años se tendrán que cumplir disposiciones firmes, porque los clubes de la Liga 1 y Liga 2, a futuro, tendrán la obligación de que un porcentaje de su presupuesto asignado por los derechos de televisión sea garantizado en su auténtica inversión al fútbol de menores”, declaró ante la prensa.
¿Otro circo más de fiestas patrias? Es notorio que solo se contradice, ya que los ingresos por derechos de televisión (bajo su modus operandi) no los distribuye adecuadamente y, para colmo, se encuentran meses retrasados. Esto último afecta a los mismos protagonistas del espectáculo: los futbolistas.
Todos recordamos que la madrugada del 7 de noviembre del 2024, el mundo informó la detención del máximo dirigente del futbol peruano, por presunta organización criminal, lavado de activos, extorsión, coacción y falsedad genérica.
Además, por la reventa de entradas para un partido de clasificación para el Mundial de Qatar 2022. El reconocido periodista César Hildebrandt destapó: ese mismo día él ya se encontraba vestido y esperando tal intervención.
Un lobo dentro y fuera del mar. Días después, salió en libertad (la apelación a su detención fue aceptada, destacando la falta de pruebas y riesgo procesal). ¡Estamos en el Perú! Titular en diarios digitales. Y ahora, ¿dónde se encuentra la investigación? ¿En los pasillos perdidos de un despacho judicial? ¿Encarpetado hasta que finalice su mandato? Lo cierto es que el presidente se pasea por la VIDENA con una mochila en los hombros, rebalsada de expedientes, “contratos”, investigaciones, y aún con la confianza e ilusión de alcanzar una reelección.
No es ingenuo que lo logre, por su manejo sucio en retener a las departamentales en su neceser y a algunos clubes, por tan solo un viaje al próximo mundial, aunque nuestra selección ya se encuentre eliminada.
Bajo este sombrío panorama, para las elecciones de diciembre, surge la posibilidad de nuevas caras en el plano dirigencial del fútbol peruano. Los nombres ya se barajan en el campo, como es el caso de Julio César Uribe, exfutbolista peruano y actual vocero de Sporting Cristal. Sergio Ludeña, reconocido dirigente que discrepa contundentemente con la actual gestión, administrador de Cienciano del Cusco.
Ricardo Bettocchi, directivo de categoría que actualmente se desempeña como director general de FBC Melgar, su trabajo relevante ha sido reconocido por el nivel profesional del “LEÓN”.
Estos dos últimos merecen sentarse en la VIDENA, si aguardamos un cambio con planificación a largo plazo, que devuelva la dignidad al fútbol peruano. Como en un match, todo puede pasar; si “el hombre investigado” le acomoda el asiento, hasta Jean Ferrari puede reposar y ganar. ¡Centro al área y tú tienes el balón!