Con 200 mil Árboles nativos, Apurímac avanza en la recuperación de sus zonas degradadas.
Entre enero y marzo de este año, se han plantado más de 200 mil árboles de especies nativas como la queuña, el chachacomo y el pino en zonas degradadas de la provincia de Aymares, en la región Apurímac. Esta acción marca el inicio de una ambiciosa estrategia para restaurar los ecosistemas altoandinos como medida clave frente al cambio climático en esa zona del país.
Esta iniciativa local abarca nueve distritos y más de 300 sectores rurales, buscando recuperar bofedales, pajonales de puna húmeda y seca, y bosques andinos. El proyecto también genera empleos verdes y fomenta la articulación entre el conocimiento técnico y los saberes ancestrales de la comunidad.
“Esto mejora la cobertura vegetal, regula el clima local y contribuye a recuperar la cantidad y calidad del agua en microcuencas de los ríos Chalhuanca y Ocoña, generando beneficios para los ecosistemas y poblaciones a mediano y largo plazo”, resaltó una vocera clave de la iniciativa.
Construyendo un futuro climático resiliente
Esta y otras valiosas experiencias fueron compartidas durante un taller regional recientemente celebrado en Abancay. En este espacio, también se presentaron avances en la actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), que reflejan el compromiso del país con la acción climática global.
Se destacó que esta actualización incluirá aportes cruciales recolectados de las regiones, con un fuerte énfasis en medidas de mitigación y adaptación en sectores esenciales como energía, agricultura, residuos y bosques.
Este tipo de encuentros, que actúan como una plataforma participativa y descentralizada, permiten recoger la voz de las regiones, incorporar sus desafíos y propuestas en la agenda climática nacional, y construir conjuntamente políticas más efectivas, justas y contextualizadas frente a la crisis climática que enfrenta el planeta.