Con la presencia del alcalde, la PNP, deudos y autoridades, se recordó a las 25 víctimas de 1992.
La Municipalidad de Miraflores llevó a cabo una emotiva ceremonia para conmemorar a las víctimas mortales del atentado terrorista ocurrido en la calle Tarata el 16 de julio de 1992. El evento contó con la participación del alcalde Carlos Canales, representantes de la Policía Nacional, el Congreso de la República, el Cuerpo de Bomberos, deudos y funcionarios locales.
Durante el acto, el alcalde miraflorino dedicó unas palabras por el trigésimo tercer aniversario del atentado. Se guardó un minuto de silencio y se presentaron ofrendas florales en el monumento instalado en esta emblemática calle.
“Hoy no solo recordamos a quienes perdieron la vida injustamente. También reafirmamos nuestro compromiso con la paz, con la justicia y con la democracia. No permitiremos que el olvido borre lo que el país sufrió, ni que la indiferencia silencie las voces de quienes ya no están. La memoria es una forma de lucha. Y desde este lugar, desde nuestra comunidad, seguimos construyendo un Perú más fuerte, más humano y libre del terror”, expresó Canales.
A su turno, el director general del Hospital de Emergencias José Casimiro Ulloa, Alberto Gonzáles Guzmán, recordó la encomiable labor de los profesionales del nosocomio al atender a los afectados por el terrible atentado.
«Entre las nueve de la noche y la mañana del día siguiente del atentado, el hospital atendió a más de 100 personas; se salvaron muchas vidas y se evitaron secuelas en muchas otras. Siempre estaremos preparados para afrontar algo tan terrible como lo que pasó en Tarata, porque la violencia de cierta forma persiste en la sociedad, hoy en otras formas», agregó.
Por su parte, Dina Salas Montoya, representante de la Clínica Good Hope, rememoró que este centro atendió a decenas de heridos, algunos de los cuales llegaron en brazos de bomberos y policías. Además, destacó la gran cantidad de profesionales que, al enterarse de la tragedia, se unieron al cuerpo médico de la institución para salvar vidas y rehabilitar a los afectados por la explosión.
Al finalizar el evento protocolar, todas las voces se unieron en un solo clamor: ¡Terrorismo nunca más!, para luego culminar con una fotografía en la emblemática calle Tarata.