El Minam destaca la importancia de la acción ciudadana frente a dichas amenazas que afectan el planeta.
Cada 17 de junio se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una fecha que invita a reflexionar sobre el impacto de estas amenazas en nuestro planeta.
La desertificación es la pérdida progresiva de la capacidad productiva del suelo, muchas veces causada por el uso inadecuado de la tierra y el cambio climático. Y la sequía, es la falta prolongada de lluvias que afecta cultivos, ganado y medios de vida. Frente a estos desafíos, la acción ciudadana es clave para preservar nuestros recursos y adaptarnos al cambio climático.
¿Qué podemos hacer todos para ayudar a reducir sus efectos sobre los suelos, ecosistemas y calidad de vida? Aquí te presentamos algunas sencillas acciones y efectivas que, sumadas, pueden marcar la diferencia:
– Cuidar y mantener las áreas verdes de nuestros barrios no solo mejora el entorno urbano, sino también ayuda a conservar el suelo y capturar agua de lluvia.
– Evitar quemas agrícolas o domésticas, así como frenar la deforestación informal, contribuye a reducir la degradación del suelo y las emisiones contaminantes.
– También podemos conservar la salud del suelo evitando remover la cobertura vegetal o compactar el terreno innecesariamente.
– En zonas rurales, prácticas como la rotación de cultivos, el uso de abonos naturales, el manejo adecuado del ganado y la instalación de barreras vivas ayudan a evitar que la tierra pierda su capacidad productiva.
– El cuidado de las fuentes de agua y el respeto por los ecosistemas locales también son fundamentales.
– Informarse y participar es tan importante como actuar. Podemos sumarnos a campañas de reforestación, comités de vigilancia ambiental o actividades comunales para conservar el entorno.
– Compartir buenas prácticas en casa, en la escuela o el trabajo permite construir una ciudadanía activa frente al cambio climático.
El Estado peruano, a través del Ministerio del Ambiente (Minan), en coordinación con otros sectores involucrados, están diseñando políticas públicas como el Plan de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación, la Degradación de Tierras y la Sequía al 2030.
Este instrumento busca neutralizar la degradación de tierras, mitigar el avance de la desertificación y fortalecer la capacidad de adaptación frente a la sequía. Promueve una gobernanza participativa y articulada, e involucra a gobiernos regionales, comunidades, sector privado, sociedad civil y cooperación internacional.
