Con el resonar del Veni Creator Spiritus y los 133 cardenales electores que cruzaron el umbral de la Capilla Paulina hacia la Sixtina, se inició oficialmente el cónclave 2025 en el Vaticano.
Con el tradicional Extra omnes (Todos afuera), que exige a todos los no electores salir, se cerró la puerta y ahora queda esperar y observar con mucha atención la chimenea y a la gaviota, famosa habitante del Vaticano.
Previamente, el cardenal Giovanni Battista Re presidió la Missa pro eligendo Romano Pontifice, un momento solemne, que marca el inicio espiritual del proceso.
Entre los nombres que suenan con fuerza están también el arzobispo de Marsella, Jean-Marc Aveline, que pese a las dudas sobre su italiano «demostró que lo habla en una homilía corta, como las que pedía Francisco». También el filipino Pablo Virgilio David, «muy respetado, valiente, que enfrentó al presidente de su país por las ejecuciones de adictos», según destacó O’Connell, aunque algunos lo consideran «demasiado abierto».
Otros nombres emergentes son el estadounidense Robert Prevost, el cardenal Hollerich, figura clave del Sínodo, y el congoleño Fridolin Ambongo. Todos ellos con distintos grados de apoyo, en una asamblea que, como señala O’Connell, «no tiene paquetes de votos controlados». El arzobispo de Bologna, Matteo Zuppi, quien se maneja en bicicleta por esa ciudad y al Vaticano llega manejando su propio auto, es otro de los nombres que suenan fuerte, en la línea «continuista» de Francisco.