Comentario a la película peruana «La luz en el cerro»

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Se estrena esta semana, Filme de terror hace referencia a mitos tradicionales peruanos.

Compartimos el comentario del editor Ernesto Carlín a la película peruana en cartelera La luz en el cerro.

En un alejado paraje de las alturas de Cusco fallece un campesino en forma misteriosa. El oficial Padilla (Ramón García) y los jóvenes forenses Jeffrey (Manuel Gold) y el Chino (Emilram Cossío) se dedican a investigar el caso, encontrándose con distintas intrigas, que van de lo fantástico a lo económico.

A ellos se suma Mario Velásquez haciendo del matón local que acosa a los pobres.

A pesar de algunos problemas en la narración, se trata de una película que tiene éxito al crear un ambiente singular. La fotografía del inhóspito paisaje andino y las autopsias hechas con displicencia se combinan con música de rock fuerte.

Asimismo, hay varios momentos en los que se exhiben imágenes sanguinolentas, en la más clásica tradición del cine gore.

Numerosos detalles van sugiriendo la presencia de algo que cuestiona la perspectiva realista. Personajes secundarios como el Champi, un mendigo que busca un tesoro, o el abuelo que señala a todos los foráneos como diablos, sumado a la presencia de animales poco dóciles y seres deformes, refuerzan el ambiente ambiguo en el que se desenvuelve la trama.

Se trata de un thriller que adapta las reglas de su género a una de las tradiciones más conocidas del folclor nacional. El filme es una suerte de fábula sobre la ambición, en el que el personaje más inocente triunfa, mientras los que caen en codicia reciben su merecido.

Es una película de género que, salvo algunos errores de edición y ciertas concordancias en el relato, cumple bien su función de entretener de forma inteligente.

Un detalle imperdible: el aserrín sobre la sangre derramada.

Ficha técnica

La luz en el cerro

Perú, 85 minutos. Ópera prima del director Ricardo Velarde. Actúan: Ramón García, Manuel Gold, Emilram Cossío, Mario Velásquez, Stephanie Orué y otros. Fue filmada en las alturas de Cusco. Ha participado en los festivales de Lima y de Montreal. Su posproducción contó con el apoyo del Ministerio de Cultura. La banda sonora incluye temas del grupo arequipeño Chaska.

(Fuente: Andina)