¿Cambio de piel?… Por Octavio Huachani Sánchez

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(Foto: Congreso)

En un discurso que los más optimistas conceptuaron como moderado, conciliador y con visos de emotividad, Luis Galarreta, -ya en su condición de presidente del Congreso para la legislatura 2017-2018-,  marcó su posición como integrante de Fuerza Popular. Sus primeras palabras fueron para agradecer a la que llamó “su familia política” encabezada por su lideresa Keiko Fujimori y a la bancada de FP, por la confianza y el respaldo otorgado para asumir el cargo más importante del país, después de la presidencia de la Republica.

Ni una palabra de reconocimiento a la labor desplegada por su antecesora y una de las fundadoras del fujimorismo, Luz Salgado Rubianes, a quien todas las bancadas le reconocen una conducción impecable, transparente y de equidad para todos los 130 congresistas por igual. Galarreta dejó pasar la oportunidad para empezar a mostrar una mejor imagen dentro de FP, partido donde solo es un  invitado pero que ahora reclama como suyo.

En su discurso de inauguración hablo de los lineamientos de su gestión, con propuestas nuevas para el trabajo parlamentario y de la manera democrática que conducirá la mesa directiva.

“Para nadie es un secreto que nuestro país atraviesa por uno de sus mejores momentos en democracia, pues existe un verdadero equilibrio de poderes, ese contrapeso político, saludable, y al que algunos le temían, ha permitido el primer año que este Congreso entregue su facultad de Legislar al Poder Ejecutivo; con la esperanza de ver mejoras principalmente en seguridad Ciudadana, Lucha contra la Corrupción y reactivación económica. Ese mismo equilibrio ha permitido aprobar normas importantes como la Ley de Presupuesto o la ley de Reconstrucción, etc.”, señaló.

“Hoy se inicia un segundo año de un quinquenio diferente, donde después de muchos años la mayoría parlamentaria, cinco de las seis bancadas en el Congreso, no son oficialistas, para un sector que está fuera de este recinto, le es aún difícil entender esta situación y pueden recibir información equivocada, por eso para quienes somos genuinos defensores del fuero parlamentario, nos corresponde explicar detenidamente y estar a la altura de las circunstancias”, remarcó.

Galarreta puso énfasis en señalar que el ejercicio del control político es una función irrenunciable para los 130 Congresistas por mandato Constitucional y que la fiscalización de los recursos y del accionar público es fundamental para fortalecer tanto la institucionalidad como la misma democracia. “Un Congreso vigilante, es un Congreso que sintoniza y entiende la gran demanda de la población: fortalecer la lucha contra la Corrupción”, dijo.

Sin duda una declaración mesurada y conciliadora. Muy diferente al del último domingo donde en un  diario local señaló que el primer año de gobierno (de PPK) había sido muy malo, sin un norte, ni un liderazgo claro y con un manejo tibio de las denuncias de corrupción. “El gobierno luce muy desgastado para tener solo un año. La revolución social hasta ahora no empieza, no atienden los conflictos sociales y las inversiones están paralizadas. Puede haberse dado alguna medida positiva por ahí, pero no se identifica porque hay tantas otras acciones negativas. Cuando se inició este gobierno, pregunté dónde estaba su equipo de lujo. Ahora mucha gente tiene claro que de lujo no había nada. Espero que encuentre el rumbo y pueda gestionar y gobernar”.

Indudablemente, mucho cambio en tan pocos días. Esperemos ahora el discurso del Presidente Kuczynski para tener una idea hacía donde vamos como país.