El café expreso: tradición italiana que conquistó al mundo y se celebra cada 23 de noviembre
Por Valeria Cavero
El Día Mundial del Café Expreso rinde homenaje a una bebida que combina técnica, cultura y pasión, y que hoy también impulsa la industria cafetalera peruana.
Cada 23 de noviembre se celebra el Día Mundial del Café Expreso, instaurado para reconocer a una de las bebidas más emblemáticas de la cultura italiana y que hoy es parte del ritual cotidiano en cafeterías de todo el mundo.
El expreso nació a inicios del siglo XX, cuando las primeras máquinas de presión permitieron extraer una bebida intensa y concentrada en apenas 30 segundos. Desde entonces, se convirtió en símbolo de sofisticación y en el corazón de la cultura cafetera global.
Un expreso auténtico se prepara con 7 gramos de café molido, agua a 90 °C y un tiempo de extracción de 25 a 30 segundos. El resultado: una taza de 30 ml con cuerpo denso, crema color avellana y un sabor equilibrado entre amargor y dulzura.
Más allá de lo técnico, el expreso es un ritual social. En Italia se toma de pie en la barra; en Francia y España acompaña tertulias; en América Latina se ha convertido en símbolo de modernidad y especialización.
Su versatilidad lo convierte en la base de preparaciones como el cappuccino, latte, macchiato y americano, que han conquistado paladares en todos los continentes.
El expreso concentra antioxidantes y una dosis moderada de cafeína que ayuda a la concentración. Baristas de todo el mundo compiten cada año para lograr la “cola de ratón” perfecta en la caída del café, señal de un expreso bien hecho.
El Perú, productor de cafés de altura reconocidos internacionalmente, ha encontrado en el expreso una vitrina para mostrar la calidad de sus granos. Cafeterías de especialidad en Lima, Cusco y Ayacucho han adaptado técnicas italianas a variedades locales como el café de Jaén, Villa Rica y San Ignacio.
El consumo de café expreso impulsa la demanda de cafés especiales, generando oportunidades para pequeños productores peruanos que buscan posicionarse en mercados internacionales.
El expreso es también un puente cultural: jóvenes lo consumen como parte de la vida urbana, mientras generaciones mayores lo asocian con tradición y pausa.
Más que una bebida, el expreso es un espacio de conversación, de pausa en la rutina y de conexión con la cultura global del café.
El Día Mundial del Café Expreso celebra no solo una bebida, sino una cultura que une tradición, técnica y pasión. Desde Italia hasta Perú, el expreso sigue siendo un símbolo de excelencia y encuentro.
