La generación dorada del fútbol chileno recibió su golpe más duro

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Entre denuncias de escándalos y borracheras

La selección chilena se quedó fuera del Mundial de Rusia 2018, sin duda el golpe más duro para la generación dorada de Sánchez y Vidal, que parece caminar hacia el ocaso tras vivir una década de históricos triunfos para el fútbol de Chile.

Su derrota era previsible y el dolor es imaginable, ya que la caída 3-0 de Chile ante Brasil parece significar el fin de una etapa maravillosa que cambió la historia del fútbol chileno para siempre.

Chile exhibió un pésimo juego en la recta final de las clasificatorias, en las que perdió tres partidos (ante Paraguay 3-0, Bolivia 1-0 y Brasil 3-0) y ganó uno solo (ante Ecuador 2-1), lo cual selló su eliminación y la renuncia de Juan Antonio Pizzi de la dirección técnica de la Roja.

«Lamentablemente, se ha cerrado un ciclo», dijo Pizzi.

La debacle de Chile comenzó luego de jugar la final de la Copa Confederaciones ante Alemania, en julio pasado.

Tras ello, durante las clasificatorias, se olvidó del juego rápido y de dominio del rival que lo caracterizaba, sumado al desgaste físico que sus principales figuras mostraban en cada partido, afectados por la seguidilla de juegos en sus clubes, mayormente en Europa, y por la Roja.

Además del bajón futbolístico y físico, se sumaron escándalos protagonizados por varios jugadores involucrados en fiestas y borracheras en medio de las concentraciones durante las clasificatorias.

El último de ellos implicó a Arturo Vidal, en una ruidosa fiesta en un casino cercano a Santiago, horas antes del partido que Chile perdió con Paraguay 3-0.

Arturo Vidal

La eliminación también significa un golpe duro al corazón del hincha chileno, que gracias a esta generación se había acostumbrado a ganar no solo títulos, sino también el respeto del mundo, tras una vida futbolística de fracasos.

Una década dorada

Desde el 2007, cuando un grupo de jóvenes jugadores logró el tercer puesto del Mundial Sub-20, los analistas deportivos preveían el nacimiento de algo diferente, a la cabeza de un casi adolescente flaco, moreno y alto defensor, y un tímido niño, delantero lleno de talento.

Eran Arturo Vidal y Alexis Sánchez

Ya como profesionales, el mítico técnico argentino Marcelo Bielsa dirigió a estos jóvenes, a quienes enseñó su filosofía de fútbol de velocidad y presión sobre el rival.

Tras aprender la lección de Bielsa, el dúo estrella llevó a Chile a clasificar al Mundial de Sudáfrica 2010, tras 28 años de ausencias de la principal fiesta del balompié, su primer hito histórico.

Luego de la salida de Bielsa en el 2011 hubo una etapa de oscurantismo con la llegada de Claudio Borghi a la banca chilena, quien fue despedido tras una mala actuación en la Copa América de Argentina 2011 y en las clasificatorias para el Mundial de Brasil 2014.

Su compatriota, Jorge Sampaoli, un devoto seguidor de Bielsa, se hizo cargo del grupo, al que le devolvió el juego de rapidez y presión clasificando al Mundial de Brasil y cayendo honrosamente en octavos de final ante la Verdeamarelha.

Un año después llegó el mayor logro de este equipo. Chile organizaba la Copa América, que nunca había ganado, pero esta generación dorada dio el golpe a la historia y en una final de infarto –que llegó a los penales tras un 0-0– Alexis Sánchez convertiría el gol más importante para la Roja, que significaba su primer título.

Final Copa América

«Me quedo con lo mejor de los 10 años, lo ganado está», dijo Gary Medel, otro de los destacados de esta generación.

En el 2016, en medio de las clasificatorias para el Mundial de Rusia, Sampaoli dejó la Roja y lo reemplazó Juan Antonio Pizzi, el cuarto entrenador argentino que se hacía cargo del plantel de manera consecutiva y con quien ganó la Copa América Centenario, el segundo título para Chile.

(Fuente: Andina)