“Por Dios y por la plata”… Por Octavio Huachani Sánchez

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Por lo visto y oído en algunas juramentaciones de alcaldes a la Contraloría General de la República le espera un arduo trabajo en los próximos cuatro años.

Y no nos estamos refiriendo a autoridades salientes quienes, la mayoría, dejan un forado en las arcas municipales sino a los entrantes que sin duda dejan mucho espacio para las dudas.

Aquí algunos ejemplos.

En San Juan de Lurigancho, el distrito más populoso del país, el nuevo alcalde Álex Gonzales durante la ceremonia de juramentación de los regidores que lo acompañaran en la gestión que inicia, instó al regidos Alex Segura a que jurara “por Dios y por la plata”.

Pero Gonzales no fue el único. En el distrito de Casa Grande, en la región La Libertad, el flamante burgomaestre Francisco Fernández Gallardo, pidió al regidor Jorge Cabrera que jurara “Por Dios y por la plata”. Los abucheos de los concurrentes y las risas de sus allegados  le hicieron ver su error pero él ni se inmutó y continuó la ceremonia como si nada hubiera pasado.

En Chiclayo, la cuidad de la amistad, el electo burgomaestre Marcos Gasco Arrobas, de las filas de Podemos Perú de José Luna, no tuvo mejor idea que colocar una alfombra roja, desde la puerta principal de ingreso a La Catedral de Chiclayo hasta el palacio municipal, para, misma estrella Hollywoodense, transitarla, acompañado de sus menores hijas, para jurar como autoridad de la ciudad Lambayecana lo que provocó una ola de indignación en los pobladores por su fastuosidad, en una ciudad de muchas carencias.

Pero eso no es todo. Apenas iniciada su gestión, el burgomaestre se vio obligado a dar marcha atrás en la designación de Martín Pérez Carranza como funcionario. Luego se supo que Pérez Carranza  tiene orden de prisión preventiva por estar implicado en el caso “proveedores dorados” de Lambayeque.

Los usuarios de las redes sociales le recordaron a Marcos Gasco que  en su primer mensaje como burgomaestre, prometió que no permitiría “un solo indicio más de corrupción”.

De las fastuosidades líbranos Señor

Pero sin duda alguna el primer se la lleva, de lejos, el flamante alcalde de la municipalidad provincial de San Marcos, Cajamarca, Flavo Carlos Machuca Romero del partido Alianza para el Progreso de César Acuña.

Según denuncias y fotos publicadas en las redes sociales, Machuca Romero habría exigido que para encabezar la ceremonia de juramentación tenía que sentarse en un trono, por ser la más alta autoridad del Concejo municipal. Por su parte, y para marcar la diferencia, los regidores e invitados se sentaron en sillas de plástico.

Como es fácil suponer, este bochornoso hecho generó diversas reacciones en contrario de la ciudadanía que cuestiona un estilo que no corresponde a Cajamarca una región que pese a ser considerada como la cuna del oro, brilla por su extrema pobreza.

Esto a pesar de que en  los últimos 20 años las autoridades de Cajamarca recibieron más de S/ 5 mil millones en canon minero producto de la contribución de Yanacocha que bien pudieron haber invertido en generar trabajo, desarrollo, infraestructura vial que pudieran servir para mejorar las condiciones de vida de sus pobladores.

San Marcos es una de las trece provincias de la región Cajamarca y destaca por su riqueza agrícola, e incluso lleva el seudónimo de “Granero del Norte”. La mayoría de sus habitantes de dedican a la agricultura.

No todo lo que brilla es oro

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática(INEI), en la región Cajamarca la pobreza fluctúa entre 43.1% y 52.0%. También señala que entre los distritos más pobres del país se encuentran los distritos de José Sabogal y Chetilla ubicados en la provincia de San Marcos, justo el lugar donde el inefable Flavo Carlos Machuca Romero pidió un trono para juramentar como alcalde.

Una verdadera cachetada a la pobreza.