Patricia Donayre: debemos avanzar en una norma respetuosa de la Amazonía

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Las pymes son pieza clave para el desarrollo sostenible amazónico

El desarrollo sostenible de la Amazonía peruana es indispensable y por ello se deber tener una ley realista, que respete a las comunidades y promueva el progreso, sostuvo hoy la congresista Patricia Donayre.

En una entrevista en el diario oficial El Peruano, la congresista de la bancada de Peruanos por el Kambio (PPK) brindó alcances del proyecto de ley  del propone declarar de necesidad pública e interés nacional la promoción de la Amazonía sostenible.

¿Es posible el desarrollo sostenible de la Selva?

–Es posible e indispensable. Lo que sucede es que la mayoría de los proyectos de desarrollo impulsados hasta el momento imitaron modelos de otras regiones no acordes con la cultura, las condiciones ni la cosmovisión amazónica. Por ejemplo, se ha tratado de copiar modelos agrícolas y ganaderos de otras regiones.

–En este caso, ¿qué tan importante es la aprobación del proyecto de ley que propone declarar de necesidad pública e interés nacional la promoción de la Amazonia sostenible?

–Es de suma importancia, pues, por primera vez, se trata integralmente el desarrollo amazónico tomando en cuenta las características socioculturales propias y las potencialidades reales de los ecosistemas. Es un proyecto que incluye herramientas para promover su aprovechamiento sostenible.

–¿Este proyecto está en línea con la preocupación manifestada por las comunidades que expusieron en la reunión que sostuvieron con el papa Francisco en su visita a Madre de Dios?

–Absolutamente. Las comunidades indígenas desean y promueven el desarrollo sin alterar su cultura y formas tradicionales de organización y producción, y sin agredir los ecosistemas, que son la base de su sustento.

Los modelos de desarrollo occidental han ignorado esa sabiduría y prácticas tradicionales, han agredido y degradado los bosques y los ríos a los que las comunidades consideran su mercado y su farmacia. De ahí que pidan un desarrollo que tenga en cuenta sus planes de vida plena, pues hasta ahora los modelos extractivistas y la agricultura de monocultivos no favorecen a las comunidades indígenas.

–¿Qué pueden esperar las comunidades amazónicas de un proyecto de este tipo?

–Una ley realista, respetuosa de las sociedades y culturas indígenas, y al mismo tiempo que promueva el desarrollo con la intervención del Estado y otros actores, facilitando el desarrollo de inversiones y de alianzas estratégicas entre comunidades emprendedoras y empresas privadas social y ambientalmente responsables.

–A pesar de ser una vasta zona del país, su aporte a la economía nacional es bajo. ¿Con el proyecto de promoción amazónica y desarrollo sostenible cambiará esa situación?

–El aporte es bajo en términos monetarios porque no se valoran los enormes servicios ecosistémicos que presta la Amazonía, y porque no se ha sabido poner en valor el real potencial de la biodiversidad amazónica, que reside no tanto debajo del suelo ni en los suelos propiamente dichos, sino en sus bosques ricos en biodiversidad y en carbono, y en las culturas indígenas que atesoran valiosos conocimientos para aprovecharlos sin dañarlos. Hoy, los mercados valoran de forma creciente los productos naturales y, especialmente, los que provengan de comunidades originarias que conservan sus bosques.

–¿Qué rubros son lo que se pueden dinamizar más rápido?

–Hasta ahora se ha aprovechado de forma no sostenible y con escaso valor agregado la madera, y el modelo no ha beneficiado a los indígenas, más bien ha tenido tremendos impactos sociales y ambientales.

Pero el bosque es mucho más que eso. Hay decenas, cientos de productos del bosque que pueden aprovecharse con manejo por las comunidades, y algunos pueden recibir una transformación local, incluyendo maderas, pero también, y especialmente, recursos forestales no maderables, desde frutos de palmeras hasta fibras, látex y aceites esenciales, fauna silvestre, turismo, cortezas medicinales, miel silvestre y otros más.

Por ejemplo, hay miles de millones de palmeras silvestres cuyos frutos tienen potencial de mercado para la industria alimentaria y cosmética. Varias empresas brasileñas ya desarrollan y comercializan a gran escala varios productos elaborados con plantas amazónicas manejadas por comunidades.

–¿Cómo pueden contribuir las micro y pequeñas empresas amazónicas al desarrollo sostenible de la Amazonía?

–Estas son pieza clave para garantizar que no se produzcan los excesos extractivistas del pasado y se conserven la biodiversidad y los ecosistemas. El otorgamiento de derechos claros de propiedad o usufructo a las comunidades sobre los recursos forestales y acuáticos es fundamental para que se produzca un aprovechamiento racional y se evite la depredación. Los más interesados en conservar sus bosques y cochas son los indígenas, pero hay que darles herramientas legales y técnicas para protegerlos y manejarlos, e incentivos para generar recursos aprovechando y comercializando con sus recursos. Ellos serán los mejores guardianes, y serán la garantía para los mercados de que los productos que lleguen al consumidor son legales, sostenibles, además de saludables.

Inversión en bionegocios

–¿Cómo se pueden promover las inversiones en la Selva sin que ello signifique dejar de lado a las comunidades?

–Existen trabas para la inversión privada en bionegocios y para el desarrollo de emprendimientos.

El Estado ha dado siempre enormes facilidades y hasta créditos para deforestar y plantar cultivos comerciales o crianzas de animales muy poco rentables, pero no ha favorecido el manejo del bosque por las propias comunidades. Se deben crear las condiciones para la inversión privada en bionegocios con base en el bosque en pie o las pesquerías, y para que formen alianzas con emprendedores de las comunidades locales. Esa es la fórmula ganadora.

(fuente: Andina)