“Lo que el pueblo se merece”… Por: Octavio Huachani Sánchez

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Fue Joseph de Maistre quien sostuvo “que cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece”. Años más tarde el francés André Malraux la modificó y dijo que no es que “…los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”.

En cualquier caso suenan igual de trágicos para cualquier nación.

Ambas frases cobran actualidad ahora que el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), acordó por mayoría, que los parlamentarios del disuelto Congreso están aptos para postular a las Elecciones Congresales Extraordinarias del próximo 26 de enero del 2020.

El JNE llegó a esa conclusión tras un amplio debate de los cinco integrantes del pleno del jurado. Según al comunicado del máximo organismo electoral, se concluyó que la regla establecida en el artículo 90-A de la Constitución, que prohibía la reelección de legisladores, no se puede aplicar al presente proceso electoral por su naturaleza extraordinaria. “El acuerdo adoptado es producto de un amplio y profundo debate en el que se revisó de manera técnica los alcances de la normatividad constitucional y la legislación electoral”, reza el texto.

Uno de los primeros en pronunciarse al respecto fue el presidente de la República, Martín Vizcarra, quien hizo un llamado a la población a fin de que reflexione sobre el candidato que elegirá en los próximos comicios congresales.

“Necesitamos buenas instituciones. Y una institución sumamente importante en el país es el Congreso de la República, que va a ser nuevamente electo el 26 de enero. Y es importante que todos hagamos una seria reflexión porque finalmente del pueblo depende la elección de los congresistas. Ustedes evalúen y pongan su esfuerzo en analizar a los candidatos”, expresó el presidente.

En ese sentido creemos que ya es hora que los peruanos comencemos a analizar seriamente en quienes deben llevar las riendas del país, sean presidentes, congresistas, gobernadores o alcaldes.

Debemos de cambiar nuestra manera de pensar porque es nuestro futuro, el de nuestros hijos o nietos, los que están en juego. También el exigirle al gobernante de turno que sus equipos de gobierno la integren personas idóneas para los cargos que desempeñan. Personas de reconocida honradez, que sean escogidos por su capacidad y no por tendencias políticas, ni agradecimientos por algún apoyo político.

Ministros que actúen en base a la ética, respetando las normas establecidas y no torciéndolas cuando les sea conveniente para sus intereses.

Lo mismo podríamos decir de los congresistas. Sobre todo de aquellos cuya mayoría congresal hace que detenten un poder que la utilizan para obstruir la labor de la oposición. Una oposición, hay que decirlo, comodona y apetitosa por mejorar su propia economía aun a costa de legislar a favor de empresarios cuestionados, mientras el pueblo, trabajador y honesto, tiene que vivir soportando a sus corruptas autoridades protegidas por una indeseable inmunidad.

En estos tres años hemos sido mudos testigos, de un desenfreno legislativo unido a una inercia del legislativo que sinceramente creemos que   nadie en su sano juicio pensaría que algún pueblo se merece tanta corrupción y abuso o dejadez.

Ya con el visto bueno del JNE, los 19 parlamentarios del disuelto Congreso que vuelven a candidatear serán los favoritos de los programas políticos y nos llenarán de promesas, juraran por todas las vírgenes que están arrepentidas y que cambiarán su actitud agresiva, ahora que lucen otras camisetas partidarias.

Difícil de creer porque son las mismas personas que en la  anterior legislatura trabajaban coordinadamente con la bancada fujimorista, blindando a jueces, fiscales y congresistas corruptos y dilatando leyes que favorecían al pueblo. Nos referimos a Fuerza Popular, Apra, Contigo, Solidaridad Nacional y Nuevo Perú, que va en Alianza con Juntos por el Perú.

Eso no hay que olvidarlo.

Porque en esta ocasión, el fujimorismo apuesta a la  estrategia del Topo. Es decir, colocar a sus legisladores estrellas como Rosa Bartra, Yeni Vilcatoma, Karina Beteta, etc.,  en otras listas “amigas” para  una vez electos, reunirse y rearmar su bancada.

Recuerda que una vez  electos y dentro del Congreso ya no existe un plan “B” en caso de que continúen con los abusos y blindajes.

La decisión, única y valedera, está en el buen juicio del elector. Ni invocaciones ni oraciones. Eso de que Dios nos ampare no funciona en la política.

Fue Simón Bolívar quien dijo: “Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos”

Y si no cumplen hay que echarlos. Un buen ejemplo de ello han sido los hermanos chilenos.