“La justicia podrida es peor que el narcotráfico”… Por Octavio Huachani Sánchez

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Podríamos empezar parafraseando al Papa Francisco, diciendo que el Perú se está mexicanizando (el Papa se estaba refiriendo a Argentina, su país natal). Pero ¿a qué se refería el Papa cuando habló de la «mexicanización» de Argentina? Según explicaron después, se estaba refiriendo «a lo mismo que se referían los mexicanos cuando hablaban de colombianización de México. Es decir, a países democráticos y pacíficos que en determinado momento empezaron a tener problemas con el narcotráfico, no lo resolvieron a tiempo y después entraron en una espiral de violencia muy difícil de salir».

Mientras en Colombia, se tuvo que implantar tribunales especiales integrados por jueces sin rostro y que durante años tuvieron un papel determinante en la lucha contra el narcotráfico, en México el juez federal Vicente Antonio Bermúdez Zacarías que tuvo a su cargo casos vinculados con el crimen organizado fue asesinado en octubre de 2016.

Pero a diferencia de Colombia y México, países donde jueces y fiscales son amenazados de muerte por delincuentes comunes o narcotraficantes, en nuestro país existen marcadas sospechas que algunos de ellos se coluden con las mafias.

Al menos eso fue lo que admitió el presidente del Poder Judicial Víctor Prado Saldarriaga quien en declaraciones a un diario local señaló que existen señales de situaciones anómalas en las cortes.

«Hay infiltración, se capta a magistrados para que actúen a favor de la criminalidad organizada y esto permite actos de corrupción e impunidad, es lamentable admitirlo pero el Poder Judicial está penetrado por el narcotráfico, minería ilegal, tala forestal, pornografía infantil, trata de personas, lavado de activos», concluyó.

En su novela “El héroe discreto”, Mario Vargas Llosa señala que, las mafias abundan en el Perú y, desgraciadamente, en toda América Latina. Y son muy poderosas en los países donde actúa el narcotráfico, que “mueve unas cantidades de dinero gigantescas y es un instrumento de corrupción casi irresistible (…) El narcotráfico puede comprar jueces, policías y políticos”, subraya.

En nuestro país los “favores” de jueces con personajes vinculados al narcotráfico, a fuerza de repetirse, ya no causan sorpresa ni llaman la atención. Y esta situación no es de ahora.

A mediados del 2005, Miguel Ángel Morales Morales, cabecilla del cartel de Tijuana que cayó con dos toneladas de droga, fue dejado en libertad por orden de magistrado Freddy de la Cruz quien le concedió arresto domiciliario. Unos días antes la Segunda Sala Penal de Lima había resuelto ampliar por 20 meses la detención de Morales, a fin de poder sentenciarlo sin la preocupación de que pudiera escapar. Hay que señalar que en los últimos años, aproximadamente 50 narcos fueron favorecidos con hábeas corpus por exceso de detención y luego fugaron del país.

Es el caso del narcotraficante Jiang Wang quien del 2001 al 2005, tuvo como abogado defensor, nada más ni nada menos,  que al  cuestionado juez César Hinostroza. En el 2008, cuando Hinostroza retorna a la corte superior del Callao, el proceso contra Jiang Wang llegó a su sala. Cuando la Procuraduría Antidrogas lo quejó y pidió que se inhiba del proceso, lo hizo, pero claro,  después de ratificar el hábeas corpus a favor del narcotraficante, quien terminó huyendo del país.

Pero no fue el único caso Hinostroza-Narcotraficantes. En el 2005 César Hinostroza también absolvió a los principales implicados del caso Hayduk, en el que estuvo implicado Eudocio Martínez, alias ‘Olluquito’, quien fue condenado por ser el propietario del barco donde se encontraron 353 kilos de coca.

La fiscalía anticorrupción hizo la denuncia respectiva, pero en diciembre de 2015, Guido Aguila, entonces presidente del CNM, declaró nulas las denuncias contra César Hinostroza ¿Casualidad?

Limpiando en rostro de la justicia

El presidente del  Poder Judicial Víctor Prado Saldarriaga anunció que visitará junto con la Fiscalía, todas las cortes del país con el fin de conocer in situ, las quejas y denuncias que hubieran.

Una tarea loable pero ardua, que necesita de la participación de todos: La Ciudadanía, los medios de comunicación, las organizaciones civiles y como no, de los políticos, porque por culpa de algunos no se puede tildar a todo de corruptos.

Ojalá algún día podamos acercarnos a gozar de una corte Suprema de Justicia que actué con rectitud, imparcialidad y neutralidad. Un Poder Judicial, cuyas decisiones no solo sean ajustadas a ley y de acuerdo al derecho procesal sino también que, como antes,  siente jurisprudencia que eran materia de estudio en academias y universidades. En suma era una Corte honorable y respetable que no muestre debilidades ante los políticos de turno,  ni ceda antes las presiones de los abogados de delincuentes procesados.

Lamentablemente es penoso admitir que la “justicia en nuestro tocó fondo”. Que hoy, los mismos jueces han colocado al Poder Judicial al borde del abismo. Son ellos, los encargados de administrar justicia, los que han convertido el Poder Judicial en una suerte de “cosa nostra”, una hermandad mafiosa que opera con la mismas características de los delincuentes y con una estructura criminal donde no faltan los operadores que son los encargados de coordinar los enlaces, citas y reuniones del juez con los procesados y poder negociar los fallos en reuniones privadas.

Todo esto debe acabar.