Indecisión ante las vacunas: la nueva postura que reta la salud mundial

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IPV vaccination scene, Yokohama City University Medical Center, Japan
  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado al grupo de personas que tienen dudas sobre las vacunas como uno de los 10 temas principales sobre los que debe trabajar este 2019.
  • Al año se salvan hasta tres millones de vidas gracias a la vacunación.

Las posiciones de la opinión pública sobre la vacunación solían dividirse en quienes estaban a favor y quiénes no. Sin embargo, para este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó una tercera posición conformada por quienes tienen una postura indecisa o no definida sobre la vacunación, la cual ha sido considerada por la institución como una de las diez amenazas que generan mayor preocupación para la salud mundial este añoii.

Según explica el Dr. José Quintini, Director Médico de Sanofi Pasteur, biofarmacéutica líder en el desarrollo y producción de vacunas a nivel mundial, esta nueva postura que ha sido identificada por la OMS, está conformada por personas que no están en contra de la práctica, sino que en realidad carecen de la información correcta o necesaria para incorporarla a sus hábitos de prevención de enfermedades. En ese mismo contexto, la OMS reconoce a los profesionales de la salud como los principales asesores e influenciadores ante las decisiones relativas a la vacunación y los insta a proporcionar información fidedigna y creíble sobre esta.

Además, la institución señala que cada país debe desarrollar una estrategia para aumentar la aceptación y demanda de la vacunación, la cual debe acciones que generen compromiso y confianza de la comunidad hacia la práctica; prevención activa de población indecisa; evaluación constante de las inquietudes nacionales y un plan de acción ante una posible crisis.

Cabe mencionar que la OMS señala que la vacunación es la herramienta de prevención más costos efectiva que existe, ya que permite salvar hasta tres millones de vidas cada año y estima que se evitarían más un millón y medio de muertes más, si se mejorara la cobertura mundial de las vacunas.

En ese sentido, el Dr. Quintini desmintió los mitos más arraigados sobre la vacunación:

  • No es necesario vacunarse si la enfermedad no está presente en la comunidad o país.

A pesar de que enfermedades que solían afectar a menudo a los niños ahora se han vuelto raras en muchos países y comunidades, los agentes infecciosos que las causan siguen circulando. Además, en un mundo tan globalizado e interconectado, pueden cruzar fácilmente las fronteras geográficas e infectar a quienes no estén protegidosii. En este punto el experto señala que las vacunas son una herramienta de protección colectiva, no solo para el grupo de la recibe sino para quienes no.

  • Las vacunas causan autismo.

Este rumor surgió de un estudio publicado en Italia en 1998 que relacionaba la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) con el autismo. Sin embargo, en el año 2000 se demostró que la investigación tenía graves irregularidades relacionadas a conflictos de intereses y fue considerada material fraudulento, por lo que fue la revista que lo publicó tuvo que retractarse. El médico Andrew Wakefield, responsable de la investigación, fue sancionado por el Consejo General de Medicina de Reino Unido.

  • Es mejor contraer la enfermedad que vacunarse.

Contraer la enfermedad conlleva asumir los riesgos propios de esta para que el organismo pueda desarrollar inmunidad. La vacuna, por el contrario, genera una respuesta inmunitaria similar a la producida por una infección natural, pero, a diferencia de esta, no conlleva riesgos graves de defunción o discapacidadii.

  • No se deben aplicar vacunas múltiples a los niños pues es peligroso.

No se han comprobado reacciones desfavorables ante las vacunas múltiples. Por el contrario, se recomienda no separar las vacunas ya que se retrasa la protección del niño contra ciertas enfermedades, lo que es riesgoso tanto para ellos como para la comunidad donde podrían propagarse. Incluso, los niños no vacunados podrían contagiar a mujeres embarazadas y causarles un aborto espontáneo o defectos congénitos al bebé, como ceguera, sordera o retrasos del desarrollo.