«La prevención no debe ser solo una palabra si no un hecho»… Por: Octavio Huachani Sánchez

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La informalidad existe porque las autoridades lo permiten. Y aunque aún es temprano para señalar culpables si es necesario deslindar responsabilidades. Y todo indica la existencia de un deficiente celo para cumplir funciones de prevención, inspección y fiscalización de varios entes instituciones encargados de ello.

La municipalidad de Lima, el ministerio de Trabajo y Defensa Civil que solo reaccionan cuando los ocurren y no antes.

Ahora se sabe que algunos de los contenedores están desde el 2015 y, que desde el segundo piso los pasadizos carecían de luz eléctrica y quienes lo frecuentaban tenía que ir premunidos de una linterna de mano. Que igualmente la escalera de cemento solo llegaba hasta el segundo piso y después hasta el quinto piso subían por medio de una escalera tipo caracol.

Que ante la vista y paciencia, pese a múltiples denuncias hechas en la comisaría de Monserrate se continuaban construyendo más contenedores pese a la permanente protesta de los comerciantes minoristas ubicados en el primer piso cuyos negocios eran afectados por la constante caída de material de construcción.

Que en los últimos pisos trabajaban jóvenes y niños condiciones infrahumanas porque una vez ingresados al local los encerraban con candado desde fuera y no les permitían salir ni comunicarse con nadie durante doce horas del día.

Ante esta cadena de irregularidades surgen las preguntas:

¿Cómo es posible que los encargados de fiscalización de la municipalidad de Lima afirmen que habían clausurado los locales del tercer piso cuando no existe ningún cartel que indique ello? Varias versiones de comerciantes del primer piso coinciden en señalar que nunca vieron algún operativo de la MML los que por lo regular son aparatosos y publicitados.

¿Cómo es posible que este gigantesco almacén de productos altamente inflamables haya estado funcionando a pocos metros de un hospital de EsSalud donde acuden miles de personas diariamente? Esta labor es de entera responsabilidad de Defensa Civil cuyos funcionarios, hasta este momento, no aparecen para dar explicaciones.

¿Cómo es posible que el ministerio de Trabajo no fiscalice este tipo de locales donde muchos niños son explotados laboralmente sin tener derecho a ningún beneficio?

Después de robao Candao” reza un refrán añoso que lamentablemente la asumen muchas autoridades que reaccionan tardíamente. La Fiscalía de Trata de Personas acaba de anunciar que iniciará un investigación sobre el incendio ocurrido en el local ferretero ubicado entre la avenida Argentina y y el jirón Huarochiri y la presencia de niños encerrados en los locales ubicados en los pisos superiores.

Por: Octavio Huachani Sánchez