Espacios colaborativos: la nueva apuesta del sector inmobiliario

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A finales de 2017 las empresas dedicadas a ofrecer espacios de trabajo colaborativos en Lima eran unas pocas, hoy, dos años después, el panorama ha cambiado drásticamente dando paso a la gran explosión del modelo, elevando los números de forma considerable.

Según un informe de la consultora Binswanger Perú el portafolio de espacios de trabajo colaborativos en edificios “prime” a enero de 2019 asciende a 63,000 m² en un aproximado de 70 ubicaciones. Este crecimiento se debe en gran medida a la relación oferta – demanda así como a la reducción de costos.

En ese sentido, los especialistas indican que para el 2030 alrededor del 30% del portafolio de real estate corporativo en el mundo estará orientado a este tipo de espacios cada vez más demandados. Bajo esta premisa y según las proyecciones este año se añadirán cerca de 40.000m² al portafolio en el Perú, con lo que el rubro de oficinas “prime” llegaría a superar los 100.000m².

WeWork, líder mundial de espacios de trabajo colaborativos con poco más de un año en el mercado peruano cuenta con cinco ubicaciones en Lima y un aproximado de 35,000 m² que albergan a 5,000 miembros. Para este 2019 tiene planeado abrir por lo menos cuatro ubicaciones más sumando 45,000 m² con capacidad para recibir a 7,000 miembros sumando un total 80,000 m²  Además se encuentra evaluando su ingreso a nuevos distritos como Miraflores y Surco con lo cual espera fortalecer su oferta.

Por ello en los últimos meses grandes compañías como Microsoft, Lima Airport Partners (LAP), Diageo, Alicorp, El Comercio, Mercado libre, Phillip Morris entre otros han decido dar el salto de cara hacia el futuro del trabajo mudando sus oficinas a sus espacios.

NUEVAS PLAZAS

A la apertura de nuevos espacios en ubicaciones tradicionales (edificios de oficinas) se suman nuevas apuestas en lugares menos habituales como hoteles, centros comerciales y edificios históricos, los cuales comenzarán a sumar m² a los espacios colaborativos de la ciudad.

Introducir formas innovadoras de trabajo en edificios existentes de mediados del siglo XX es complejo, especialmente en el sector empresarial. Aportar suficiente flexibilidad, calidad del entorno y una eficiencia espacial dentro de las limitaciones de un edificio diseñado a partir de normas obsoletas exige la reflexión de todos los componentes del proyecto.

Disponer de espacios inteligentes incorporados en edificios ya existentes implica que el diseño de éstos debe centrarse en cómo modernizarlos con la mínima intervención. En tanto los edificios “nuevos” nos ofrecen la posibilidad de ejecutar un diseño contemporáneo desde el principio, influyendo positivamente en la manera en la que percibimos y utilizamos nuestro espacio de trabajo.

Por ello los espacios de trabajo de la multinacional WeWork suelen ser ágiles, porque ofrecen a sus usuarios áreas descanso, salas de reuniones, rincones tranquilos y espacios con diversas configuraciones que favorecen la colaboración en equipo. Está demostrado que estos espacios son enormemente satisfactorios y generan una atmósfera eficiente, creativa y dinámica a la vez.

Por consiguiente este planteamiento se convertirá muy pronto en el criterio empresarial y con el tiempo se espera que llegue también al sector público.