Encuentran mujer caribeña enterrada hace 5.900 años en montículo de conchas

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En Nicaragua

Uno nunca sabe cómo sus decisiones afectaran al futuro. Es más, lo que a veces se considera una elección sin importancia puede resultar la más maravillosa de las opciones. Algo así pasó en América Central, concretamente en la costa caribeña de lo que hoy en día es Nicaragua. Hace unos 5.900 años, los habitantes de la región decidieron enterrar a una mujer en un montículo de conchas.

Esa determinación, más allá de las consideraciones culturales que tuviera en aquel momento, ha resultado ser crucial para preservar el esqueleto intacto de esa misteriosa indígena, unos restos que se han convertido ahora en los más antiguos hallados nunca en la parte inferior de América Central, según anuncia un artículo publicado recientemente en la revista Antiquity .

La cuestión es que los lugares tropicales no son, en general, espacios adecuados para la conservación de los vestigios antiguos. La acidez del suelo juega especialmente en contra de los rastros humanos, según explica el equipo de investigadores, liderados por Mirjana Roksandic, profesora de antropología en la Universidad de Winnipeg (Canadá).

Aunque la aldea de Monkey Point (o Bleera Kaanu, en el idioma local) fue excavada inicialmente en la década de 1970, estos restos humanos hallados en el sitio de Angi no aparecieron hasta hace poco. Los análisis con radiocarbono de las conchas han podido determinar que este era el primer enterramiento conocido en la costa caribeña.

La mujer fue enterrada de espaldas, con las rodillas hacia el estómago

Según los expertos, las tribus de la zona idearon estos montículos por varias razones, entre ellas sepultar a sus muertos o delimitar el terreno. La mujer había sido enterrada a 2,3 metros de profundidad, dentro un pozo ovalado. La habían situado de espaldas, con las piernas flexionadas hacia el estomago y los brazos situados a lo largo de los costados de su cuerpo.

Los estudios realizados por el equipo de Roksandic revelaron que se trataba de una persona adulta, pero no muy mayor, con una edad que probablemente se situaba entre los 25 y los 40 años. “Tenía una estatura de 150 centímetros de altura, que es una medida corta según los estándares de Norteamérica y el Norte de Europa, pero no para los estándares de América Central u otras poblaciones del sur“, escribieron los investigadores.

La mujer tenía, sin embargo, una fuerte musculatura en los antebrazos. Los especialistas entienden que esta circunstancia se podría deber a la práctica habitual del remo u otras actividades similares. Una tradición cultural que se mantiene en las comunidades que habituan actualmente esa zona de la costa caribeña.

”Mientras estábamos en la aldea de Bankukuk Taik, [la co-investigadora del estudio] Harly Duncan nos presentó a una anciana (de la etnia) Rama que remó ese mismo día durante cuatro horas para visitar a la familia. Tenía 82 años. También había niños de apenas 9 años remaban por las islas en una piragua”, señala Roksandic en declaraciones a Live Science.

Los restos óseos encontrados presentaban, además, mucho desgaste en los dientes, un hecho habitual en las personas que basan su dieta en el marisco. Los humanos antiguos que construyeron estos montículos de conchas acostumbraban a ser pescadores, recolectores y horticultores. Aunque los investigadores no se atreven a dar conclusiones definitivas sin antes realizar más estudios.

El problema es que Monkey Point quedará afectado por la construcción del Canal de Nicaragua, un proyecto que debería estar acabado en 2030 y que conectará el mar Caribe con los océanos Atlántico y Pacífico a través del Lago Cocibolca. El país centroamericano, con aproximadamente seis millones de habitantes, es la segunda nación más pobre del hemisferio occidental.

(Fuente: Nodal)