El Perú a la deriva. Por José Antonio Torres Iriarte

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El gobierno de Pedro Castillo está demostrando falta de iniciativa y liderazgo para generar confianza y sentar las bases del crecimiento económico, que revierta la caída de más del 10 % del P.B.I. ocurrida en el 2020.

Las presiones inflacionarias y la devaluación de la moneda nacional están estrechamente relacionadas con la desconfianza que genera un gobierno, que tiene como eje central de su accionar político, la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la aprobación de una nueva Constitución. La iniciativa de ley presentada por el grupo parlamentario de Perú Libre, confirma la voluntad política de emular a los gobiernos que en nuestra región están adscritos al «socialismo del siglo XXI».

La anunciada participación de Pedro Castillo en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas, forma parte de una estrategia diseñada con un claro objetivo de propaganda política. No olvidemos que tanto Hugo Chávez y Evo Morales en su condición de Jefes de Estado, utilizaron como tribuna política las sesiones anuales que se desarrollan en Nueva York. Seguramente el presidente Pedro Castillo en su mensaje ante las delegaciones asistentes, siguiendo la pauta de su discurso del 28 de Julio, denostará de la conquista española y afirmará que luego de 200 años de independencia nacional, el Perú va camino a su refundación, revalorando a los pueblos originarios.

Pedro Castillo pretende convertirse en un referente político en nuestra región, emulando en especial a Evo Morales y reforzar la imagen idílica con la que la prensa internacional lo ha descrito en los informes periodísticos publicados en los últimos meses.

Pedro Castillo no es un estadista, ni pretende serlo, por lo tanto apelará en todo momento al simbolismo y a las frases altisonantes que llamen la atención de un auditorio, siempre ávido de escuchar proclamas políticas, que discursos marcados por el señalamiento de objetivos claros.

La política exterior peruana en un gobierno de Perú Libre, tendrá un sesgo ideológico, que asignará la mayor importancia a fortalecer los lazos con los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia especialmente.

La presencia del Embajador Maúrtua como Ministro de Relaciones Exteriores, no ha significado un deslinde con los grandes lineamientos que en su momento expusiera el ex Canciller Héctor Béjar. El gobierno peruano no ha mostrado hasta el momento interés, en fortalecer los lazos con nuestros principales socios comerciales, no genera confianza en los mercados internacionales, no ha definido aún la continuidad del economista Julio Velarde como Presidente del Banco Central de Reserva y peor aún ha presentado un proyecto de Ley General de Presupuesto para el ejercicio 2022, con mayor egresos sin el debido financiamiento.

Pedro Castillo y el Primer Ministro Guido Bellido, no son capaces de liderar, dialogar y concertar en el plano político; ambos no tienen ninguna experiencia en gestión pública, ni la formación profesional o académica para afrontar la tarea de gobernar un país afectado por el desempleo y el aumento de la pobreza. Las políticas de subsidios o de transferencias monetarias; no pueden ser permanentes en el tiempo.

Más allá de políticas redistributivas, lo que urge es crecer económicamente, como requisito indispensable para reducir progresivamente la pobreza. No seamos irresponsables; el gasto público no puede ser ilimitado y la estabilidad macroeconómica debe ser preservada para que el Perú pueda ser destino de mayores inversiones en los próximos años.