Ecuador suspende comunicaciones de Julian Assange por inmiscuirse en política internacional

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El Gobierno ecuatoriano anunció este miércoles la suspensión de toda comunicación hacia el exterior del periodista australiano Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres, desde 2012.

La decisión, según informó la Secretaría de Comunicación gubernamental, obedece a que Assange, recientemente nacionalizado ecuatoriano, incumplió “el compromiso escrito que asumió con el gobierno a finales de 2017, por el que se obliga a no emitir mensajes que supusieran una injerencia en relación a otros Estados”.

En un comunicado oficial, el gobierno advierte que “el comportamiento de Assange, con sus menajes a través de redes pone en riesgo las buenas relaciones que el país mantiene con Reino Unido, con el resto de los Estados de la Unión Europea y otras naciones “.

En las últimas horas, Assange criticó en Twitter la expulsión de diplomáticos de Moscú, en respuesta al envenenamiento en suelo británico del espía doble ruso Serguéi Skripal.

“A pesar de que es razonable que Theresa May (primera ministra británica) piense que el Estado ruso es el primer sospechoso, hasta ahora las pruebas son circunstanciales”, sostuvo el activista.

La nota oficial del gobierno ecuatoriano añade que “por todo ello, para prevenir potenciales perjuicios, la embajada en Londres interrumpió este 27 de marzo las comunicaciones al exterior a las que tiene acceso Assange”.

Además, sostiene que el Ejecutivo mantiene abierta la vía a la adaptación de nuevas medidas ante el incumplimiento.

La canciller María Fernanda Espinosa informó que la próxima semana se prevé una reunión en Londres entre los abogados ecuatorianos y los representantes de Assange para “para explorar las alternativas que nos permite el derecho internacional y la legislación y constitución ecuatoriana”, respecto a la situación del fundador de Wikileaks.

Dijo que se busca una solución “duradera” ante la situación actual que “el gobierno actual ha heredado”.

El presidente Lenín Moreno, que entró en funciones en mayo de 2017, calificó recientemente el caso Assange como “una piedra en el zapato” de la diplomacia ecuatoriana, pero ratificó que aun así se le seguiría concediendo refugio en tanto la amenaza no se disipara.

A finales de 2017, en un intento de resolver el problema, la Cancillería de Ecuador le concedió a Assange la nacionalidad ecuatoriana y estatus diplomático, con el fin de que pudiera salir de la embajada sin ser detenido. Sin embargo, Londres se negó a garantizar el libre paso por su territorio y aseguró que si salía de la legación lo detendría igualmente.

(Fuente: Nodal)