César San Martín descarta politización de la justicia

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Juez supremo ofreció entrevista al Diario Oficial El Peruano

El juez supremo César San Martín, descartó todo indicio de politización de la justicia, al ser consultado sobre la prisión preventiva de 36 meses dictada contra la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, indicando que el magistrado solo es llamado a actuar porque la política se criminaliza.

¿El Pleno Casatorio Penal convocado por el Poder Judicial permitirá revisar la controvertida línea jurisprudencial en materia de violencia sexual dictada por el destituido magistrado César Hinostroza?

– En efecto. En el caso concreto, las discrepancias han surgido por las propias salas de la Corte Suprema y, por tanto, ahora todos vamos a discutir el tema. Intervendrán la Sala Penal Permanente, la Sala Penal Transitoria, la Sala Penal Especial y el juez supremo instructor. En total, seremos 15 jueces los que decidiremos cuáles son los criterios de proporcionalidad y de medición de la pena en delitos sexuales; y, segundo, cuáles son las reglas para valorar y medir la influencia y el criterio determinante que en estos delitos tiene la prueba de ADN. Lo novedoso es que la audiencia tendrá un criterio de contradicción porque estamos convocando a los fiscales supremos que el fiscal de la Nación designe como corresponde; y a la Junta de Decanos de los Colegios de Abogados del Perú para que exponga su punto de vista. También se ha mantenido la buena práctica de convocar a juristas, asociaciones y universidades para que presenten amicus curie, es decir que, como amigos del tribunal, hagan llegar sus informes al respecto.

En su momento se dijo que todas las sentencias de Hinostroza iban a ser revisadas, ¿hacia eso vamos?
– No podemos revisar todas las sentencias porque no tenemos ningún poder para eso, y ya son cosa juzgada.

¿No revisarán la sentencia?
– Tampoco. La doctrina que fluye de ella y que puede ser aplicada por otros tribunales, eso cuestionamos. Pero la sentencia es incólume, cosa juzgada y no se puede tocar.

¿Las partes solicitaron su revisión?
–No, nadie la ha pedido. La revisión se pide bajo las causas que la ley establece y solo para sentencias condenatorias.

¿Pese a que existe una percepción de injusticia y un tema de corrupción de por medio?
–La ley establece las causales para poder revisar una sentencia, en el Perú y en el mundo eurocontinental, a excepción de Alemania, solo se revisan sentencias condenatorias y por los motivos clásicos propter nova (hechos nuevos) y propter falsas (hechos falsos). Y en lo demás se prefiere la estabilidad y la seguridad jurídica a generar espacios de inseguridad permanente. Es una opción de política criminal y de opción jurídica, frente al caos que significaría revisar todo. Es muy complicado, introduciríamos un factor de inestabilidad jurídica, con el cargo de que un juez o varios jueces no han tenido una conducta proba.

¿Qué sucede en Alemania?
–En Alemania es posible revisar sentencias, incluso absolutarias, cuando se establece que han sido producidas como consecuencia de un delito del juez, presión, amenaza o extorsión; pero ese modelo no está vigente y si lo restauran, no puede ser para el pasado sino para el futuro.

Los resultados del pleno se darán a conocer en diciembre…
–Sí, el 11 de diciembre está previsto publicar las conclusiones del pleno en el diario oficial.

Elecciones en PJ

Diciembre es un mes decisivo, pues se vienen también las elecciones del nuevo presidente del Poder Judicial. ¿Cómo marcha este proceso?
Eso está ralentizado porque aún estamos en shock tras todo lo sucedido y obviamente se está empezando a conversar, a mirar, porque la idea es que se debe elegir un presidente o presidenta que tenga los niveles de aceptación y que no tenga ninguna mácula que pueda eventualmente descalificarnos. Buscar al mejor o a la mejor en este momento, en que tiene que destacarse mucho la probidad, la calidad, la entereza y la independencia del futuro presidente o presidenta. Ojalá que Dios nos ilumine y nos ayude para poder escoger lo mejor para el Poder Judicial.

¿Qué es lo que rescata de este proceso de emergencia después de la revelación de los llamados audios de la corrupción?
–Que se necesita profundizar la reforma del Poder Judicial y destacar como eje fundamental la probidad de los jueces. Ese es el punto fundamental. Probidad y reforma son los ejes más importantes. Las cosas no pueden seguir como están. Además, que no hemos tenido la perspectiva de futuro para advertir lo que se venía; lo que pasó, sorprendió no tanto porque no se supiera, sino porque no se sabía qué tan profundo era. Y la cosa es profunda, la corrupción es grande, masiva y sistémica. Hay que reconocerlo, y hay que trabajar en sus consecuencias. Pero, sí, lo que siempre advertimos es que no metan la mano los políticos en el Poder Judicial. Cuidado, porque eso históricamente es un peor remedio que la enfermedad.

Siempre se menciona que una reforma del Poder Judicial no puede venir del Legislativo ni del Ejecutivo, pero ustedes tampoco hacen mucho…
–Estamos en una línea de proyectos de cambio.

¿Concluyeron las visitas a las cortes superiores?
–Sí y ya estamos discutiendo el resultado de las visitas. Tenemos que pensar en cambiar y en renovar; y en que la población nos exige capacidad, liderazgo, actuar con legalidad, afirmar el imperio de la ley y, sobre todo, ser sumamente drásticos en la lucha contra la corrupción y los males nacionales. Eso es un encargo para todos en el país. Esa lasividad que ha existido para la corrupción es lo que ha afectado a todo el sistema institucional, judicial, políticos, universitario, de colegios profesionales. Todos. Es la sociedad la que está enferma.

El período de emergencia del Poder Judicial se ha prorrogado.
–Claro porque es un tema de largo aliento. La emergencia es para poder dictar medidas y tener una perspectiva mucho más ágil y enfocarnos en nuestros problemas estructurales. Esto hay que continuarlo, sostenerlo y pensar en que las reglas institucionales son las que están podridas, no tanto las manzanas, es el tonel.

¿Esto debe cambiar?
–Claro, lo importante es tener la voluntad, la vocación institucional, para adecuarnos a las exigencias del país y ser un pilar de republicanismo en el Perú.

¿Ha leído estos famosos chats de La Botica, donde se le menciona a usted como el enemigo histórico del fujimorismo?
–Me ha causado mucha risa. Fíjese, para mí eso no tiene mayor relevancia en lo personal. Que digan lo que quieran, pero claro que no me hace gracia que me tengan tan presente.

Pero existe una indicación directa contra usted.
–Eso pues, es un tema que no es elegante para ellos. Pero a mí eso no me interesa y en todo caso que vayan al diván del psicoanalista y que vean ese tema. Pero yo estoy al margen y no tengo nada que hacer.

Desde el derecho penal, el contenido de esas conversaciones es una falta de ética o un delito…
–No puedo decir más, lo que sé es que son conversaciones internas, que lo que tienen es una finalidad o un sentido político, de actividad, de realización, pero más no quiero meterme en el tema. No soy quien, porque claro uno a partir de lo que se dice puede extraer una serie de conclusiones; pero prefiero guardar prudente silencio y que cada uno responda por el laberinto donde está.

Poder Judicial
«No hay politización»
Usted desempeñó un papel muy importante en el juzgamiento al expresidente Alberto Fujimori, y ahora que vemos este proceso contra su hija, Keiko Fujimori, en que se cita mucho de los años 90, ¿existe una politización de la justicia?
–No, siempre hay dos términos que se citan como correspondientes y no lo son. La politización de la justicia y la judicialización de la política. Veamos. Cuando se instituye o se inician procesos por corrupción gubernativa, desde luego que la política está en el centro de todo. Y los jueces que por mandato de la Constitución y de la ley, como los fiscales, tienen que intervenir para su persecución, juzgamiento y eventual castigo, obviamente entran de lleno por las consecuencias que genera en la lógica política. Pero la lógica del juez es una lógica jurídica de decir si hay una conducta ilícita perpetrada, si tiene carácter delictivo, si es punible y quiénes son los que han intervenido. ¿Eso es la judicialización de la política? ¿Cuándo se discute comisión de delito? No, es una actividad de la justicia que tiene que decidir. Politización de la justicia sí es muy grave; y se puede hablar de politización cuando el juez no actúa o se fuerza a que la justicia desempeñe un papel político para decidir controversias políticas, y se abusa y se le quiere dar al Poder Judicial un papel de actor político en lógicas políticas y donde prime el concepto de oportunidad; y no el concepto de pura y exclusiva legalidad. Eso sí es grave. El juez cuando es llamado a actuar porque la política se criminaliza, debe decidir conforme al derecho, y actúa con reglas y cánones que el derecho establece. Lo hace en ese lineamiento y, bueno, si cae y es sancionado un político importante, que se hará, porque se ha descubierto, declarado y probado que cometió un delito; y quien cometió un delito por mandato de ley, debe tener una sanción y cumplirla.

¿Es la política que discurre en un plano de ilegalidad?
– Eso ya es un problema de la política, no de la justicia y a la justicia se le convoca para cuidar y castigar los actos ilícitos de los políticos, si lo hacen. Es un terreno complicado y complejo, sí. Pero las armas y la metodología son estrictamente jurídicas. Estamos aquí en una cultura de la sospecha permanente, no pues. A uno lo convocan para un caso, porque este se da y no porque quiere. Así que digan lo que quieran. Pero si nos convocan, actuamos con las armas y el método del derecho objetivo.

Por María Ávalos

(Fuente: Andina)