Alberto Fernández: de candidato de Cavallo a “presidenciable” de Kirchner

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“Néstor y Cristina tenían una mirada y una interpretación distintas y los enojaba mi vocación de revisar lo hecho y de hacer autocrítica, así como mi insistencia en introducir modificaciones en el elenco del Gobierno y en la forma de afrontar el debate público. Siempre creí que en la actividad política uno debe permanecer en un alto cargo en tanto comparta, con los máximos responsables políticos, los objetivos buscados y los métodos de esa búsqueda. Con conciencia plena de nuestras diferentes miradas no creí conveniente seguir adelante como jefe de Gabinete”.

Así contó Alberto Fernández, ahora precandidato presidencial en fórmula con Cristina Fernández de Kirchner, su salida de la jefatura de gabinete de ministros entre 2003 y 2008 en su libro “Políticamente incorrecto. Razones y pasiones de Néstor Kirchner”, publicado por Ediciones B pocos días después de la asunción del segundo mandato de la ex presidenta en 2011.

Alberto Fernández, de 60 años, es abogado, fue profesor adjunto en la cátedra de derecho penal del ex procurador Esteban Righi y funcionario técnico durante la presidencia de Raúl Alfonsín. También fue asesor en el Concejo Deliberante de la ex Municipalidad de Buenos Aires y en la Universidad de Buenos Aires.

Hincha fanático de Argentinos Juniors, tuvo una única incursión en una elección. Fue en 2000, cuando integró la lista de legisladores de la Alianza Encuentro por la Ciudad, que llevó a Domingo Cavallo como candidato a Jefe de Gobierno y a Gustavo Béliz, de vice. El binomio cayó contra Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras, pero como obtuvo el 33,20 % de los votos, Fernández logró una banca en la Legislatura porteña.

A la par de su cargo de legislador, Alberto Fernández fue uno de los integrantes del “Grupo Calafate”, junto a Esteban Righi, Eduardo Valdés, Carlos Tomada y Julio Bárbaro, entre otros porteños.

Desde ese lugar y después de la crisis de 2001, Alberto Fernández se convirtió en el interlocutor que le acercó el por entonces presidente Eduardo Duhalde a Néstor Kirchner. “Fue el armador, el que construyó los puentes y por eso después fue designado como Jefe de Gabinete”, rememora un intendente del conurbano que se mostró tan sorprendido como contento por la precandidatura presidencial. Asumió el cargo en mayo de 2003 y su banca en la Legislatura porteña quedó para la polémica Elena Cruz.

Interlocutor del Gobierno de Néstor Kirchner con empresarios y la oposición, continuó como Jefe de Gabinete de Ministros en la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

A los pocos meses del gobierno de la ex presidenta fue el encargado del diálogo con la Mesa de Enlace, para intentar destrabar un conflicto que no paró de escalar y paralizó la país hasta llegar al Congreso. Después de 129 días de tensión y tras el voto “no positivo” del por entonces vicepresidente Julio Cobos en el tratamiento de la resolución 125 en el Senado, el 23 de julio de 2008 Alberto Fernández dejaba el kirchnerismo.

“La certeza de que se abre una nueva instancia en su gobierno, en la cual usted pueda contar con un nuevo elenco de colaboradores para enfrentar la etapa, me impulsa a poner en su consideración mi renuncia con el sano propósito de facilitarle la selección de sus equipos de trabajo”, escribió Fernández en su carta de renuncia manuscrita donde estaba la palabra “sinceramente” antes de la firma, la misma con la que Cristina Kirchner tituló su libro.

“El día de mi alejamiento del cargo hablé tres veces con Cristina. En la primera oportunidad me increpó acerca de mi decisión. Fue una conversación corta y de reproches mutuos. Volvió a llamarme cerca del mediodía para contarme que Sergio Massa sería mi reemplazante. Al caer la noche se comunicó conmigo pidiéndome que participara del acto de asunción y accedí inmediatamente”, publicó Alberto Fernández en su libro.

En la misma edición, también revela cómo fue la relación con Cristina después de la salida del Gobierno y antes de la muerte del ex presidente Kirchner. “‘Tenés que llamarla a Cristina y hablar con ella pero no debés contarle tus quejas ni volcarle tu visión negativa de este momento, esas conversalas conmigo’, me dijo Kirchner en tono confidente. Desde entonces, cada vez que hablé con Kirchner me reclamó ese encuentro con Cristina. Nunca me negué a tenerlo, solo no acepté los límites que me imponía, Tal vez, por eso, ese encuentro nunca llegó”, detalló Alberto Fernández en 2011.

Tiempo después de marcar sus críticas al kirchnerismo, protagonizó fuertes cruces con Aníbal Fernández o Carlos Kunkel, al que llegó a llamar “imbécil”. Sin embargo, reconoció que en 2011 votó a Cristina Fernández de Kirchner, aunque a los meses fue crítico del cepo cambiario y de la Tragedia de Once.

“Yo la voté a Cristina con la expectativa que muchas cosas cambien, pero eso no explica lo que está pasando, las reacciones o las propuestas que ofrece ante la realidad que se le viene encima. La Presidente da el discurso épico porque viene de ella, ella no tiene que demostrar que tiene coraje, -había dicho en un reportaje ea radio Mitre-. Me da la sensación que la Presidente descubre cosas que nosotros le dijimos que estaban pasando. El problema de los trenes es de hace años. Salgamos de la tragedia y hablemos de la economía, los problemas que hay en economía también los quiere resolver con un discurso épico”.

En 2012, en Vicente López, presentó su propia fuerza política, el Partido del Trabajo y la Equidad (PARTE), acompañado de los ex diputados Silvia Vázquez y Juan Carlos Lorges, además de concejales de diversos municipios. Siguió siendo muy crítico de la líder de Unidad Ciudadana: “Cristina no profundizó el modelo, lo perforó. Ella tiró por la borda todo lo que hizo Néstor”.

En 2013, se sumó al Frente Renovador como jefe de campaña de Sergio Massa, quien se impondría en las PASO y más tarde en las elecciones generales “El shock que recibió Cristina, luego de la derrota, hace que se comporte como una adolescente. El kirchnerismo está muerto, esto es una iglesia del cristinismo”, había sentenciado Alberto Fernández después de las Primarias de 2013.

En 2014 vio como “sano” que Maximo Kirchner “haya salido a la luz”, y un año más tarde fue el encargado de dar la noticia de que Massa no había entrado al balotaje y que quedó entre Daniel Scioli y Mauricio Macri.

Luego de la derrota volvió a armar su propio espacio con Patricia Vaca Narvaja, Jorge Argüello, Guillermo Olivieri, Raúl Garré, Julio Vitobello, Carlos Montero y Claudio Ferreño.

Siempre catalogado como “componedor”, en 2017 fue promotor de la candidatura de Florencio Randazzo a senador nacional en la elección que compitió contra Cristina Fernández de Kirchner, Esteban Bullrich (Cambiemos) y Sergio Massa.

En ese armado de Randazzo, Alberto Fernández fue clave para cerrar la puerta que le abrió la ex presidenta a Randazzo sobre el cierre de listas. La historia terminó con Jorge Taiana abandonando al Flaco, ex ministro del Interior y Transporte, que terminó derrotado en el cuarto lugar con apenas el 5,31 % de los votos.

El 2018 fue el año del regreso al kirchnerismo. En febrero lanzó el primer acercamiento: “La unidad de la que estamos hablando no es la obediencia; es poder recuperar la capacidad de debatir. Que yo pueda hablar y decir lo que siempre dije, y que nadie me llame traidor -remarcó-. No podemos prescindir de los votos de Cristina”.

Ese año también fue escrachado en un restaurante de Puerto Madero por un hombre de unos 70 años, que le gritó “chorro” y “ladrón”. El hombre después se cayó y se golpeó la cabeza y Prefectura intervino en el lugar por el escándalo.

En los últimos dos años se hizo habitué del Instituto Patria, las oficinas de Cristina Kirchner y como un capítulo del acercamiento de la ex presidenta al PJ Nacional, Alberto Fernández fue nombrado integrante de la Comisión de Acción Política del Partido.

Y así, aquella distancia marcada por las fuertes declaraciones y en especial las duras críticas a la gestión de Cristina Fernández Kirchner queda ahora en su nivel de mayor cercanía. Después de pasar por los diferentes armados del peronismo no kirchnerista, encabezará la fórmula presidencial que lleva a Cristina Kirchner de vicepresidenta.

(Fuente: Nodal)